Se llama Evangelina Nogales de la Morena, aunque se la conoce como Eva Nogales. Nació en Colmenar Viejo (Madrid), tiene 58 años. Su padre era pastor de ovejas y su madre bordaba ropa. Los progenitores de Eva vivieron tiempos duros y ninguno de los dos pudieron estudiar y acabar la educación básica, pues tuvieron que ponerse a trabajar con 12 años. Pero su amor por los hijos, el deseo de que en ese ascensor social que, a veces, de manera tremendamente injusta, no se coge, sí tuviera un hueco para su hija. Por ello, los padres de Eva se propusieron desde el primer día que sus hijos estudiaran y llegasen lejos. Para ese noble objetivo, trabajaron sin descanso para lograr ahorrar y que sus hijos, sí tuvieran esa educación académica que a ellos, la vida le negó.

De la Autónoma a Berkeley

Y Eva Nogales estudió y estudió y se esforzó en ser una alumna ejemplar, primero en el bachillerato hasta llegar a la Facultad de Físicas de la Universidad Autónoma de Madrid en el año 1983 donde se licenció en Ciencias Físicas en 1988. Obtuvo el doctorado en la Universidad de Keele (Reino Unido) en 1992 mientras investigaba en la fuente de radiación de sincrotrón bajo la supervisión de Joan Bordas.

Investigación

Durante su investigación doctoral trabajó en el laboratorio de Ken Downing, en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley y fue la primera en determinar la estructura atómica de la tubulina por cristalografía electrónica. Una carrera brillante volcada en la biología estructural que la ha llevado, en una trayectoria meteórica, a trabajar en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley y a ser catedrática de Bioquímica, Biofísica y Biología Estructural en el departamento de Biología Molecular y Celular de la Universidad de California en Berkeley e investigadora del Instituto Médico Howard Hughes. Eva es toda una referencia y autoridad científica mundial en el ámbito del uso de criomicroscopía electrónica para ver los componentes de las células a nivel atómico.

Premio Shaw, en la antesala del Nobel

Hace unos días se conocía que Eva Nogales recibía el Premio Shaw, de más de un millón de euros, por su trabajo para desvelar los entresijos atómicos del ser humano. Este premio dotado con más de un millón de euros y que le ha sido entregado en Hong Kong, está considerado entre la comunidad científica como el premio y Nobel oriental. Lo creó en el año 2004 un magnate hongkonés del cine y la prensa, productor de famosas películas de kung-fu, o de films de fama mundial como Blade Runner. El premio, además de ser un justo reconocimiento a su trabajo, pone a la investigadora española en la pool position de los premios Nobel, pues la estadística sobre este galardón oriental habla por sí sola: De cada siete premiados, uno ha logrado recibir el máximo premio científico que se entrega en Estocolmo. Es decir, como han augurado importantes medios, la científica española está en las quinielas para ganar el Nobel.

Nogales, ha pasado durante estos días navideños por Madrid y por su pueblo, Colmenar Viejo, para celebrar estas fiestas entrañables con su familia de paso por Madrid para celebrar las Navidades con su familia. Presume con orgullo de sus raíces, de su país y de la tierra que le vio nacer y donde comenzó los estudios hasta llegar a situarse en el firmamento de los grandes investigadores y científicos mundiales.

En la Movida madrileña, estudiaba mucho, no tenía dinero y era una “empollona”

Ha sido reclamada por medios nacionales para hablar con la seria aspirante al Nobel. En una de esas entrevistas, la concedida a El País, la investigadora reconocía que fue muy “empollona” mientras sus compañeros de estudios disfrutaban de la mítica Movida madrileña. “Había muchas fiestas, mucha droga, mucho sexo, pero yo no tenía dinero y era una empollona. La Movida me la perdí, estaba en la biblioteca”, recordaba entre risas a este medio.

Fotografía de Eva Nogales

De ser catequista a ver agujeros teológicos

Se da la circunstancia de que durante el acto de entrega del Premio Shaw, Eva Nogales mostró un retrato de ella de su primera comunión. A ese respecto comentaba al diario del Grupo Prisa: “Yo tenía 10 años cuando murió [el dictador Francisco] Franco. Se nos criaba a todos en la religión, rezábamos todos los días en la escuela. Creíamos en el ángel de la guarda y cosas así. Yo tenía mucha fe, fui catequista, pero hubo un determinado momento en el que comencé a ser más crítica y empecé a ver agujeros, tanto desde el punto de vista teológico como social”, explica. “Entre una cosa y la otra, al final lo dejé. Las religiones existen en todos lados porque queremos dar sentido a nuestra vida y a nuestra muerte, que nos asusta. La religión tiene un papel. A mí me encantaría creer”.

Un millón de fotos de una misma proteína

Nogales destaca por el dominio del criomicroscopio electrónico, una transformadora herramienta que fotografiar moléculas fundamentales para la vida a temperaturas de unos 180 grados bajo cero. El equipo de Nogales realiza “un millón de fotos” de una misma proteína y combina las imágenes con superordenadores. Nogales en 2014, reveló el funcionamiento de un fármaco que ha logrado salvar millones de vidas por ser eficaz contra el cáncer de mama, ovario y pulmón, entre otros.

Avenida en su pueblo

Una científica española brilla con fuerza en el cielo de la ciencia. Pero mientras le llega el Nobel u otros reconocimientos internacionales, su madre, la bordadora y esposa de un pastor que se sacrificaron para que sus hijos pudiesen estudiar, recorrerá las calles de su pueblo y de forma orgullosa, orgullo del bueno, el de las madres con relación a sus hijos, suspirará al ver la placa de la Avenida Evangelina Nogales de la Morena, en Colmenar Viejo. Su padre, orgulloso también, se alegrará pero desde el cielo.

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