Cuando el calor extremo deja de ser solo un fenómeno meteorológico y se convierte en causa probable de muerte, surgen las preguntas incómodas. La muerte de una trabajadora de la limpieza en Barcelona tras horas de labor bajo temperaturas asfixiantes reabre el debate sobre las medidas de protección para quienes trabajan en la calle.
El pasado sábado, Barcelona superó los 35 grados en las horas centrales del día. Montserrat A., empleada municipal de 51 años, concluyó su jornada de limpieza recorriendo el barrio del Raval y falleció poco después en su domicilio. Aunque la autopsia deberá confirmar las causas, todo apunta a un golpe de calor. El Ayuntamiento ha abierto una investigación y ha expresado sus condolencias a la familia de la víctima.
Este trágico suceso coincide con el refuerzo de los protocolos previstos ante las olas de calor. Desde mayo de 2023, el Real Decreto-ley 4/2023 obliga a las empresas a evaluar el riesgo de las tareas al aire libre durante episodios de calor extremo y a suspenderlas o adaptarlas cuando las autoridades activen avisos meteorológicos naranja o rojo. La norma reconoce, además, el derecho de los trabajadores a interrumpir su actividad si perciben un peligro grave para su salud.
La Inspección de Trabajo ha intensificado la vigilancia para que estas medidas se cumplan. Solo en el último mes, ha remitido más de 100.000 avisos preventivos a empresas de sectores sensibles, como la construcción, la agricultura o los servicios de limpieza. Las sanciones por incumplimiento pueden superar los 900.000 euros en los casos más graves.
Pese a ello, los sindicatos advierten de que la aplicación de la ley es irregular. CCOO denuncia que solo uno de cada cinco equipos de protección individual que se emplean en trabajos al aire libre está adaptado a temperaturas extremas. UGT reclama el despliegue de protocolos más claros y la presencia de delegados sectoriales para supervisar el cumplimiento de las medidas, sobre todo en pequeñas y medianas empresas. Las estadísticas del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo refuerzan estas alertas: los accidentes laborales aumentan un 17 % durante las olas de calor, y en 2022 se registraron cerca de 4.800 muertes asociadas al calor extremo en España.
La muerte de Montserrat A. ha reactivado el debate social sobre si las medidas actuales son suficientes o si deben reforzarse los controles, las sanciones y los recursos para proteger a los trabajadores más expuestos. La ciudadanía, los sindicatos y las instituciones se enfrentan a la necesidad de encontrar respuestas a una cuestión cada vez más urgente en un contexto de cambio climático.
Desde este medio queremos conocer la opinión de nuestros lectores y dar voz a quienes, con su experiencia o su percepción, pueden aportar luz sobre un asunto que afecta a miles de personas. Por eso, te invitamos a participar en nuestra encuesta: ¿Se protege lo suficiente a los trabajadores al aire libre en olas de calor?
