El compadreo entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las empresas de desokupación no es algo nuevo para los miles de militantes que luchan diariamente por una vivienda digna, enfrentando a los matones que desahucian a sus vecinos. La organización que más rédito está sacando a esta camaradería es la liderada por Daniel Esteve, que ha llegado a un acuerdo con el Sindicato Unificado de Policías (SUP) para formar a 30.000 agentes. Este miércoles, han vuelto a exhibir su colaboración durante un desahucio de Carabanchel (Madrid), de la que ha presumido el jefe de Desokupa.
“Ayer desokupación en Madrid. Coincidimos con UPR (Unidad de Prevención y Reacción de la Policía Nacional) y Policía Municipal”, ha relatado Esteve a través de sus redes sociales. Lo cierto, tal y como relatan los testigos y medios de comunicación desplazados, es que fueron los miembros de la banda los que llamaron a la Policía para solicitar ayuda. Y estos respondieron. “Mi felicitación y agradecimiento a la Policía, que estuvieron con nosotros”, ha trasladado el líder de la Banda, asegurando que “se pudo desalojar la mitad de un edificio okupado”.
No obstante, pese a su grandilocuencia, el relato triunfalista de Esteve no coincide con la realidad. En torno a 20 agentes de policía y el equipo de Desokupa se encontraron con la resistencia vecinal, que finalmente consiguió frenar el desalojo. En primera instancia, el tándem intentó acometer el desalojo sin esperar a la llegada del abogado de los inquilinos, pero la resistencia de los ciudadanos consiguió retenerlos hasta que apareció el representante legal e intentó mediar. Sin embargo, tal y como relata el letrado a ElSalto, el trato recibido distó mucho del dado a Desokupa.
Diego Redondo, defensor de los inquilinos, denuncia que fue expulsado de “malas maneras” del cordón policial, mientras los miembros de la empresa de desokupación se encontraban en su interior, manteniendo una “colaboración total” con los cuerpos de seguridad del Estado. Un doble operativo partió la calle y alejó a los vecinos, mientras respaldaba a los miembros del grupúsculo ultra; sin embargo, tal y como relata el Sindicato de Vivienda de Carabanchel, el dispositivo no consiguió cumplir su objetivo.
“Aparecieron los nazis de Desokupa y, junto con sus amigos de la policía, intentaron desahuciar por la fuerza a 8 personas”, relatan a través de sus redes sociales. “Gracias al apoyo del barrio no lo lograron, pero podrían volver en cualquier momento”, advierten, instando a estar atentos ante el posible desembarco de ultraderechistas en el barrio obrero del sur de la capital. El resto de zonas trabajadoras de país también están en peligro ante estas empresas y la policía, ahora formada por los mismos que acosan a los vecinos, no es un auxilio de confianza.
Formación de Desokupa a la Policía
La polémica detonada por el acuerdo cerrado con el Sindicato Unificado de Policías (SUP) para que la empresa forme hasta a 30.000 agentes se mantiene abierta. Varias dimisiones en el seno del sindicato policial y un expediente abierto por parte del Ministerio del Interior se ciernen sobre el negocio cerrado, pero aún no ha sucedido nada. La Dirección General de la Policía "recabará toda la información sobre la compatibilidad de los agentes en activo que impartirían la formación extracurricular ofrecida por el sindicato policial a los miembros del cuerpo", revelaba hace más de un mes la cartera liderada por Fernando Grande-Marlaska.
Asimismo, Interior anunciaba la petición un informe a la Abogacía del Estado para saber si el acuerdo "afectaría a las subvenciones públicas que recibe el sindicato policial y, en su caso, cuál sería el procedimiento administrativo a seguir para corregir las irregularidades que puedan producirse". Con todo, Grande-Marlaska aseguraba querer determinar si el acuerdo “conculca valores democráticos" y se comprometía a garantizar que toda la formación evaluable que reciben los agentes se realizaría dentro del marco establecido por la Dirección General de la Policía.