La decisión de Disney de suspender indefinidamente el programa Jimmy Kimmel Live! continúa generando una ola de reacciones en el mundo del entretenimiento y la política. La más reciente en alzar la voz ha sido Cynthia Nixon, actriz célebre por su papel en Sex and the City, quien este fin de semana ha anunciado en TikTok que ha cancelado sus suscripciones a Disney+ y Hulu como muestra de rechazo.
“Acabo de cancelar mis suscripciones de Disney+ y Hulu. Cuando me preguntaron por qué, marqué ‘otro’ y escribí: ‘porque creo en la Primera Enmienda. Restituyan a Jimmy Kimmel ahora’”, ha expresado Nixon en un vídeo que rápidamente se viralizó. La actriz ha reconocido que su familia va a extrañar series como Abbott Elementary y Only Murders in the Building, pero ha insistido en que “extrañaríamos la Primera Enmienda mucho más”. Además, ha pedido a los consumidores sumarse al boicot: “No vayan a los parques, no vayan a los cruceros. Cancelen sus suscripciones ya”.
El trasfondo de la suspensión de Kimmel es complejo. Según trascendió, el presentador preparaba un monólogo sobre la crisis política tras el asesinato del activista de derecha Charlie Kirk. Los comentarios previos de Kimmel, en los que vinculaba al presunto atacante Tyler Robinson con el movimiento MAGA, provocaron la reacción de conservadores, grupos de presión y autoridades reguladoras.
Brendan Carr, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) y cercano a la administración Trump, advirtió públicamente a ABC que los comentarios de Kimmel eran un “asunto muy, muy serio” y que habría “graves consecuencias”. Poco después, empresas dueñas de filiales de la cadena, como Nexstar y Sinclair, anunciaron que dejarían de transmitir el programa. La presión aumentó con amenazas a empleados de Disney, que vieron sus correos electrónicos expuestos en redes sociales, y con quejas de anunciantes temerosos de asociarse a la controversia.
Frente a este panorama, Bob Iger, consejero delegado de Disney, y Dana Walden, responsable de la división televisiva, optaron por suspender el programa de manera indefinida, con la esperanza de encontrar más adelante un camino para el regreso del presentador. La medida, sin embargo, fue interpretada por amplios sectores como una claudicación ante la censura política.
El presidente Donald Trump, en una visita diplomática al Reino Unido, no tardó en celebrar la decisión y atacar al presentador. “ABC debería haberlo despedido hace mucho tiempo. Puedes llamarlo libertad de expresión o no, lo despidieron por falta de talento”, declaró. La Casa Blanca y sus aliados mediáticos enmarcaron el episodio como una victoria sobre el sesgo izquierdista en la televisión estadounidense.
En ese clima de polarización, la voz de Cynthia Nixon llega como un llamado al activismo ciudadano. No solo ha expresado su rechazo a la suspensión de Kimmel, sino que ha instado a los espectadores a presionar a Disney con sus billeteras, suspendiendo suscripciones y evitando consumir productos y servicios de la compañía. Para la actriz, el caso trasciende la televisión: “Se trata de proteger un derecho constitucional básico”.