Asalto al bus del dinero. Ocurrió en el distrito de San Blas, en Madrid. Cuatro individuos aprovecharon que un autobús repleto de turistas asiáticos estaba estacionado en la calle Julián Camarillo y que sus ocupantes cenaban en un restaurante cercano para saquearlo y llevarse un suculento botín valorado en más de 15.000 euros. Operación rápida y efectiva, salvo por el nimio detalle de que les pillaron después, gracias a la propia tecnología que sustrajeron del vehículo. La Policía Municipal de Madrid detuvo a los cuatro hombres que perpetraron el atraco.

La mayoría de visitantes dejaron algunas de sus pertenencias en sus respectivos asientos del autobús antes de bajarse para cenar en un restaurante próximo a la calle Julián Camarillo, del madrileño distrito de San Blas. Confiaron en que nada raro ocurriría y la intuición les falló, aunque no la suerte a posteriori. Cuatro hombres aprovecharon el momento de respiro tras una jornada de turismo por la capital para introducirse en el vehículo y saquearlo. Se hicieron con un botín valorado en más de 15.000 euros, compuesto por bolsos, móviles, perfumes, mochilas, relojes, cargadores, auriculares y dinero en efectivo.

Coincidió, además, que en el momento del robo, el conductor del autobús se ausentó durante unos minutos. Momento en el que los asaltantes aprovecharon para el asalto. Fue este mismo hombre el que, después de regresar y comprobar el desaguisado que se había producido, llamó con premura a la Policía Municipal de Madrid. Tras ello, el conductor sufrió un ataque de ansiedad por el que tuvo que ser atendido por los sanitarios del Samur-Protección Civil, quienes le dieron el alta de inmediato en el lugar de los hechos.

Sin embargo, gracias al ingenio de una de las turistas, todos los integrantes del pasaje pudieron recuperar sus cosas y ayudaron a la Policía a cazar a los culpables. Comprobó que le habían sido sustraídos unos auriculares inalámbricos que podían ser geolocalizados a través del teléfono móvil, por lo que facilitó los datos pertinentes a los agentes allí presentes. El sistema no falló y dieron con los cacos, que estaban unos metros más adelante, justo en la misma calle de Juan Camarillo en su cruce con Albarracín.

La Policía los atrapó in fraganti, con todos los efectos personales de los turistas asiáticos y fueron arrestados en el acto como presuntos responsables de delitos de hurto. Los detenidos, dos ciudadanos de origen cubano y otros dos de origen peruano, tenían entre 28 y 46 años y tres de ellos contaban con órdenes judiciales de búsqueda, detención, personación y averiguación del domicilio por pertenencia a organizaciones criminales cuyo fin es la comisión de asaltos de esta índole.