Un estudio de la Universidad de Maryland concluyó a principios de marzo que la temperatura y la humedad tiene una clara correlación con la expansión del Covid-19 por el mundo, es decir, que se trasmite más en invierno. Tomando como base esa investigación, en el caso de España, el virus podría disiparse con la llegada del verano y volver en el próximo invierno. Incluso, podría pensarse que las regiones más frías serían las más afectadas. Sin embargo, otros científicos desmontan el supuesto carácter estacional del nuevo coronavirus.

Los virólogos de la Universidad de Maryland consideran que el virus se desplazaría al norte en cuanto las frías temperaturas de febrero y principios de marzo subieran en ciudades como Londres, Mánchester, Varsovia o Nueva York y parece empezado a cumplirse porque ahora son países como Bélgica u Holanda los que están viendo aumentar los contagios.

En España, las regiones más frías son las más castigadas

Un análisis rrealizado por el diario El Confidencial sobre las temperaturas en las diferentes regiones de España y el número de contagios constata que aquellas comunidades o ciudades autónomas que tuvieron unas temperaturas más cálidas entre el 1 y el 31 de marzo registraron al mismo tiempo un menor número de infectados relativos. Estas fueron Melilla, Canarias, Ceuta, Murcia, Andalucía, Baleares y Comunidad Valenciana. Ninguna superaba los 90 contagiados por cada 100.000 habitantes, salvo la Comunidad Valenciana, con 104. En el último informe publicado por el ministerio de Sanidad, el 7 de abril, continuaban con cifras bajas de contagios.

Frente a éstas, las regiones donde las temperaturas fueron más bajas en marzo y donde la propagación ha sido mayor. La Rioja, con una empteratura media de 10 grados tuvo 486 personas infectadas por 100.000 habitantes; Madrid (11,2 grados), 363 contagiados; Navarra (8,3 grados), 323 enfermos. A esas tres CCAA les preceden Castilla-La Mancha, País Vasco y Castilla y León.

Otro estudio dice que vincular temperatura y virus es erróneo

El supuesto carácter estacional del virus nos llevaría a pensar que podría disiparse con la llegada del verano y volver en el próximo invierno. Sin embargo,el investigador español Carlos M. Duarte, profesor en la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología ,en Arabia Saudí, no está de acuerdo y explica, en declaraciones recogidas por el citado diario, que "hasta mediados de marzo, la distribución global de la epidemia indicaba que los países tropicales o los que se encontraban en verano, en el hemisferio sur, tenían poca o ninguna incidencia, lo que llevó a varios grupos a publicar resultados que, con base en esa distribución, sugerían menores tasas de propagación a temperaturas ambientales altas, y dio lugar a noticias en prensa indicando que con el buen tiempo la epidemia remitiría." 

"Nuestro estudio demuestra que ese resultado, quizá consistente con los datos de dispersión global hasta mediados de marzo, era erróneo y simplemente reflejaba la mayor población humana en el hemisferio norte, y la vía de movilidad y dispersión del virus del este a Europa y de allá a Norteamérica. Mostramos que desde la segunda quincena de marzo, el virus se ha extendido a países cálidos, donde la epidemia prolifera a ritmos similares o superiores a los de países con temperaturas más bajas.", añade el investigador español.