La sanidad española está a punto de colapsar debido a la crisis del coronavirus y la falta de material sanitario. Por ello, un grupo de jóvenes ingenieros de diferentes perfiles y con amplia experiencia en medicina, biotecnología y otras disciplinas han decidido ayudar creando en tiempo récord un respirador artificial usando impresoras 3D.

Cuatro de estos desarrolladores han trabajado en red desde Asturias. Se trata del ingeniero informático Marcos Castillo, el ingeniero mecánico Juan María Piñera Parrilla, el ingeniero electrónico Carlos Moreno-Luque Suárez y el especialista en 3D Bartolomé López Medina.

Un grupo, que han bautizado como Resistencia Team, al que se le ha unido posteriormente la Guardia Civil, después de que los investigadores pusieran de manifiesto la necesidad de una última pieza que no lograban adquirir. Un problema que trasladaron a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Asturias, señalándoles que usando las boquillas de los etilómetros que actualmente usa la benemérita se podría solventar ese problema.

Dicho y hecho. Pocas horas después de esta conversación, dos agentes de la Guardia Civil acudieron al lugar en el que estaban los investigadores desarrollando el prototipo y donaron 100 boquillas de etilómetros para que los ingenieros pudieran terminar de crear los respiradores artificiales.

Sin embargo, ahora queda lo más importante, ya que el experimento será probado clínicamente en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para comprobar su viabilidad y si se puede aplicar en las UCI.