Los ictus, tanto isquémicos como hemorrágicos, han aumentado en los últimos 20 años en adultos jóvenes, un crecimiento que tiene un explicación, el consumo de drogas, que también se ha incrementado.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), aproximadamente 3 de cada diez personas menores de 50 años que sufren un episodio de estas caracteristicas han consumido sustancias ilícitas, las cuales tienen gran impacto en la salud vascular y cerebral.
De los 100.000 casos de ictus que aproximadamente se producen cada año en España, la SEN estima que entre el 10% y el 20% se dan en personas con edades comprendidas entre los 18 y los 50 años. Pero, además, en la franja de 20 a 64, en la última década los ictus han aumentado alrededor de un 25%. Este cambio en las cifras también se registra en el resto de países europeos y si bien, guarda cierta relación con las mejoras en el diagnóstico, también lo hace con la mayor prevalencia de factores de riesgo como el consumo de drogas.
"La edad es el principal factor de riesgo no modificable para padecer un ictus, pero en los últimos años estamos observando que, mientras los casos de ictus en personas mayores están disminuyendo gracias al mejor control de los factores de riesgo vascular clásicos como hipertensión arterial, tabaquismo, colesterol, obesidad/sobrepeso o diabetes y a la introducción de nuevos tratamientos; la incidencia entre adultos jóvenes está aumentando", señala la Dra. Marta Guillán, miembro del Grupo de Estudio de Neurología Crítica e Intensivista de la Sociedad Española de Neurología. Esta especialista explica que, detrás de esto está la "prevalencia de factores de riesgo como el sedentarismo y el estrés", pero también, el "aumento claro del consumo de drogas ilícitas".
En Europa, aproximadamente el 30% de las personas de entre 15 y 64 años ha consumido alguna vez sustancias ilícitas. Las más comunes son: cannabis, cocaína, éxtasis, anfetaminas, heroína y otros opioides. En España, según los últimos datos disponibles, un 19% de los jóvenes de entre 15 y 34 años y un 10% de la población adulta (entre 15 y 64 años) ha consumido cannabis en el último año. En el caso de la cocaína, el porcentaje es del 3% en jóvenes y del 2,4% en la población adulta. Si hablamos de éxtasis, las cifras se sitúan en el 1,8% y el 0,8%, respectivamente, y si lo hacemos de anfetaminas, en el 1,1% y el 0,6%.
Los jóvenes tienen mayor riesgo de ictus, "tanto por el consumo directo, como por otras consecuencias derivadas de su uso, como por ejemplo, infecciones", subrayan desde la Sociedad Española de Neurología. "Está sobradamente demostrado que la cocaína, los opiáceos o las anfetaminas son sustancias que pueden provocar, tanto ictus isquémicos como hemorrágicos. Pero además, drogas que antes se creían inocuas en términos de riesgo vascular, como el cannabis, el éxtasis o el LSD, ahora también sabemos que se asocian con un mayor riesgo de padecer ictus", advierte la Dra. Guillán.
A estas sustancias se suman ahora, además, otra serie de "'nuevas drogas' como las catinonas sintéticas (mefedrona, metedrona, metilcatinona, MDPV), los cannabinoides sintéticos, poppers, GHB, GBL, ketamina, tusi o 'agua de Dios', entre otras, que también representan un riesgo vascular o pueden causar daño en el sistema nervioso", detalla. Esta especialista alerta de que su consumo ha aumentado considerablemente en los últimos cinco años, sobre todo, "en contextos de policonsumo o en prácticas como el chemsex".
No solo ictus
El consumo de drogas, no solo incrementa las posibilidades de que los jóvenes padezcan un episodio cerebrovascular, sino también diferentes trastornos. Es más, una cuarte parte de quienes sufren alteraciones por consumo de sustancias ilíciticas son menores de edad.
Las drogas pueden dañar el sistema nervioso de diferentes maneras: produciendo toxicidad neuronal y con ello deterioro cognitivo precoz; dañando los vasos sanguíneos, lo que puede producir tanto ictus isquémicos como hemorrágicos, causando emergencia hipertensiva, vasoespasmo, vasculitis, aterosclerosis acelerada y aumentando la agregación plaquetaria. Del mismo modo, puede predisponer a padecer aneurismas; y afectar al centro respiratorio y al nivel de conciencia, lo que puede llevar al coma y a la muerte.
Es importante tener en cuenta, advierten los especialistas, de que los daños, además, pueden aparecer tanto con el consumo ocasional. como con el habitual, la sobredosis e, incluso, la abstinencia.
No existe nivel seguro
Cuando se habla de consumo, cabe subrayar que "no existe ningún nivel seguro que sea inocuo para nuestro cerebro", recalca la Dra. Guillán, que insiste en que las drogas pueden deteriorar permanentemente las capacidades cognitivas, provocar demencias precoces e incluso inducir comas. "Especialmente en personas jóvenes, el consumo de drogas supone un problema fundamental de salud, por lo que es importante concienciar a la población de sus efectos e intentar prevenir el daño asociado a su consumo", apunta, añadiendo que "mantener nuestro cerebro alejado de las drogas también es invertir en salud cerebral".
La cocaína, la más asociada al ictus
España es el segundo país de Europa donde más cocaína se consume, después de Reino Unido. Tras la marihuana, esta es la sustancia más consumida y la más asociada al riesgo de ictus. Desde la SEN explican que hay abundante evidencia científica de que su consumo está fuertemente vinculado a este problema de salud: las probabilidades de sufrir un episodio de estas características en las 24 horas posteriores al consumo se multiplican por siete, y su uso frecuente (más de una vez por semana) puede duplicar ese riesgo.
Otras sustancias como el éxtasis también aumentan esa probabilidad de experimentar un evento vascular grave. Es en este caso la multiplica por más de cuatro; el consumo de heroína y otros opioides lo hacen por 3,6 y el cannabis casi lo duplica. En supone que "los consumidores de drogas de abuso tienen un riesgo 6,5 veces mayor de ictus, tanto hemorrágico como isquémico", concluyen desde la Sociedad Española de Neurología.