Las vacaciones de verano ponen a prueba la resistencia de muchas familias. La conciliación de la vida familiar y laboral, ya de por sí compleja el resto del año, se complica todavía más. La corresponsabilidad en la crianza de los hijos todavía sigue siendo muy desigual, y buena parte de las mujeres se enfrentan a un periodo especialmente duro, lo que incrementa sus niveles de estrés y sus sentimientos de culpa.
Aunque ya hay algunas empresas que en este periodo ponen en marcha medidas dirigidas a facilitar este problema propio de los meses estivales, todavía la mayor parte de las trabajadores, el 74,2 % según datos de Protime, cree que las opciones de conciliación disponibles en sus trabajos son insuficientes o claramente mejorables.
Pero aún así, incluso entre quiene tienen la posibilidad de acogerse a medidas de flexibilidad temen hacerlo, porque consideran que puede penalizar su desarrollo profesional. Así lo recoge el Estudio IFREI, elaborado por el Centro Internacional Trabajo y Familia del IESE Business School, que sitúa el porcentaje de quien lo cree así en el 73 % .
Esto lleva a muchos trabajadores a renuncian a ejercer su derecho a la flexibilidad por miedo a perder visibilidad o proyección dentro de la empresa, puesto que la mayoría de emplados y empleadores siguen teniendo la percepción de que la dedicación se mide en forma de presencia física o disponibilidad constante.
En este contexto, los expertos resaltan que el "verdadero reto no radica únicamente en implementar medidas aisladas, sino en construir un entorno laboral basado en la confianza mutua y la responsabilidad compartida entre empresa y trabajadores". "Para que conceptos como la flexibilidad, la conciliación y la desconexión digital sean realmente efectivos y sostenibles en el tiempo, es imprescindible que vayan acompañados de políticas internas bien definidas, formación específica para los líderes y mandos intermedios, una estrategia de comunicación interna clara, coherente y constante, y herramientas digitales adecuadas que faciliten su aplicación y seguimiento en el día a día", exponen desde Protime.
Entre lo laboral y lo personal
La hiperconectividad, potenciada por el trabajo híbrido y la tecnología, ha terminado difuminando las fronteras entre lo laboral y lo personal, de manera que desconectar es cada vez más díficil. Muchos trabajadores reciben correos, mensajes y llamadas fuera de su horario, hasta el punto de que solo el 38% de los empleados cree que se respeta su derecho a la desconexión digital.
Esto, según los expertos, puede acabar teniendo importantes repercusiones sobre la salud mental, la motivación y la productividad.
El problema aumenta en estos meses estivales, cuando las expectativas personales de descanso, ocio y desconexión crecen, al tiempo que se reducen los recursos de conciliación como los servicios escolares.
Campamentos de verano, la opción más recurrente
Para poder seguir trabajando, aproximadamente la mitad de las familias recurre a campamentos de verano, según Plataforma de Infancia. Las opciones son cada vez más amplias, sobre todo, en las ciudades, aunque también costosas, principamente si se tiene más de un hijo. Esto implica que un 14 % de los hogares no puede permitirse elegir esta alternativa. Recurrir a familiares o amigos y hacer encaje de bolillos es entonces la única salida.