En la era digital, una de las principales preocupaciones de nuestra sociedad es la creciente adicción a las pantallas, especialmente entre los más jóvenes. Los docentes de los centros educativos han señalado que el uso excesivo de los móviles ha afectado a la concentración del alumnado, al rendimiento académico y, en muchos casos, a la salud mental. Ante esta alarmante situación, profesores y padres están implementando diversas estrategias para mitigar sus efectos y promover un entorno educativo más saludable, como es el caso de un colegio de Londres que ha prohibido los smartphones, admitiendo únicamente los teléfonos básicos que solo permiten llamadas y mensajes de texto.

En Londres, el colegio The Fulham Boys School ha tomado las riendas para dar con la solución final al uso de móviles por parte de alumnado durante el horario lectivo. Desde la institución escolar han prohibido que los estudiantes porten teléfonos inteligentes, sin embargo, han permitido que lleven teléfonos antiguos que no tengan las propiedades de los móviles de última generación, es decir, aquellos dispositivos que solo permiten recibir y hacer llamadas además de mensajes de texto. El profesor de historia y política del centro, James Faulconbridge ha asegurado: "Es impresionante, los estudiantes están más concentrados, más comprometidos. El acoso ha disminuido notablemente".

Esta medida, que a algunos les podrá parecer bastante estricta, no es la primera que se toma en Europa para solventar el problema de la adicción de las pantallas de los jóvenes. En Francia, desde 2018, tienen vigente una ley nacional que prohíbe el uso de móviles en guarderías, escuelas primarias y secundarias y, a su vez, busca reducir distracciones y fomentar la interacción social entre los estudiantes. Sin embargo, los alumnos no estaban cumpliendo con la normativa.

Es por eso por lo que, en 2024, Francia inició una prueba piloto en aproximadamente 200 colegios secundarios, donde los estudiantes debían depositar sus teléfonos al ingresar y recogerlos al final del día. Los estudiantes tienen dos opciones: dejar su teléfono en casa o depositarlo en una caja blanca a la entrada. Esta "pausa digital" busca mejorar los resultados académicos y reducir el acoso escolar.

La estrategia que ha adoptado la escuela francesa se asemeja a la iniciativa que se llevó a cabo hace unos años en el colegio The Stanway School de Reino Unido. Los profesores del centro decidieron realizar con los estudiantes un experimento: debían pasar 21 días sin teléfonos tanto en la escuela como en su casa. Los resultados que se obtuvieron tras la realización de la investigación fueron muy positivos pues, a los estudiantes que participaron, se les redujeron un 20% los síntomas de ansiedad y depresión que padecían.

Hay quienes desean que estos procedimientos no se imiten a ámbito escolar, sino que se implanten a nivel social. En Hitchin, una ciudad de Reino Unido de 33.000 habitantes, una pareja ha iniciado un movimiento social para posponer la edad en la que los niños reciben su primer smartphone. Su propuesta busca convencer a la mayor cantidad de padres posible para que no regalen un teléfono a sus hijos hasta que ingresen al colegio secundario. La mitad de los padres de la escuela se han unido a esta iniciativa, lo que ha reducido la presión social entre los estudiantes. Y no es un caso aislado. A nivel nacional, más de 80.000 padres británicos han firmado un acuerdo para retrasar la compra de un smartphone hasta que sus hijos cumplan 14 años, según informa TF1.