Ni tres partidos ni 45.000 euros. El Comité de Apelación de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha aceptado de manera parcial el recurso presentado por el Atlético de Madrid contra la sanción interpuesta por Disciplina tras los incidentes que obligaron a suspender momentáneamente el derbi frente al Real Madrid. Así, la sanción quedaría reducida a un solo partido de cierre parcial del Metropolitano y a una multa de apenas 3.000 euros.

La decisión de Apelación nada tiene que ver con la sanción que pondera la Comisión Antiviolencia, órgano dependiente del Consejo Superior de Deportes (CSD), y que propuso el cierre completo del estadio durante dos semanas. En este sentido, a diferencia de la primera, se estudia todo lo que quedó fuera del acta, incluyendo la navaja que se le incautó a un ultra del Atlético, las lagunas de seguridad, mensajes radicales, simbología nazi y lo que el colegiado del encuentro, Mateo Busquets Ferrer, recopiló en el acta.

Sanción rebajada

En cualquier caso, la sanción del Comité de Apelación, que es la que cristalizaba este jueves, acepta lo requerido por el Atlético de Madrid en su recurso contra el dictamen de Disciplina, que elevaba el castigo a tres partidos de clausura del fondo sur del Metropolitano y una multa de 45.000 euros. Así, “valorando de manera adecuada y loable el esfuerzo y las medidas adicionales” que adoptó el conjunto colchonero, estiman que, pese a ello, hay aspectos que “podrían haberse gestionado mejor” e incluso abundan en la implementación de “medidas adicionales”.

El organismo dependiente de la RFEF aduce que tanto las medidas preventivas como las reactivas por parte del club no pueden considerarse como “suficientes”. A pesar de ello, el Comité sostiene que éstas, en cambio, permiten encuadrar los hechos en el marco del artículo 107.1 del Código Disciplinario de la Federación y considerarlos graves, pero no en el ámbito de aplicación del artículo 76.2, que eleva la categoría a muy grave y es lo que solicitaba Disciplina en primera instancia.

Por lo tanto, el conjunto rojiblanco cumplirá tan sólo uno de los tres partidos iniciales con la grada del fondo sur vacía y ese encuentro será este mismo domingo; aprovechando la visita del Leganés al Metropolitano a las 16:15, dado que han de cumplirse en el marco de la competición doméstica. Por lo tanto, los socios cuyos asientos se sitúen entre los sectores 127 y 133 del graderío colchonero no podrán asistir al partido. Concretamente, estos asientos se corresponden a la ubicación habitual del grupo ultra Frente Atlético.

El Comité de Apelación, al contrario que Antiviolencia, concede prevalencia al acta arbitral elaborada por Busquets Ferrer, donde quedo patente el lanzamiento de tres mecheros y una botella de agua, aunque en el club se hacía mención a cinco encendedores. A ello, además, se le suma el informe de LaLiga, donde computan 19 cánticos ofensivos durante el derbi, repartidos en una proporción de 17-2 para los locales.

De aquellos hechos, las autoridades policiales informan de que tienen localizados a cuatro responsables, que a su vez han sido expulsados por parte del club. El Atlético de Madrid suspendió de manera permanente su condición de socio, siendo esta una de las medidas ponderadas por Apelación para rebajar la sanción. Sin embargo, el atestado policial de Antiviolencia sugiere que son seis las personas identificadas y otras 20 en proceso de serlo.

La carta de Gil Marín

Por su parte, ante las graves consecuencias que se avecinaban para el Atlético de Madrid, antes de que se pronunciara Apelación, el CEO del conjunto rojiblanco, Miguel Ángel Gil Marín, solicitó “ayuda” para actuar contra un grupo de individuos que, según aduce, no representan a la entidad. “Necesitamos información para poder actuar contra los violentos y expulsarles de forma permanente del club”, espetó, al tiempo que agregaba que es algo que “convive en nuestra sociedad” y que es un problema de “todos”, no sólo del Atlético de Madrid.