Este martes, la localidad de Rubí, en Barcelona, ha sido escenario de un suceso escalofriante que ha sacudido los cimientos de la comunidad: el asesinato de dos mujeres en un presunto caso de violencia machista. El agresor, que también ha acabado con su propia vida en Castellbisbal, habría cometido los crímenes con un arma de fuego. La alcaldesa de Rubí, Ana María Martínez, manifestó su profunda consternación y describió los hechos como "actos terribles e intolerables que deben llevarnos a reflexionar como sociedad".
Según el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), las víctimas habían denunciado previamente al agresor por violencia de género, lo que evidencia un trágico final en una cadena de violencia previamente reportada. Ambas mujeres aparecían en el sistema como víctimas de violencia sobre la mujer, lo que ha intensificado el impacto de la noticia en la comunidad local y más allá.
Rubí declara tres días de duelo oficial por el doble feminicidio
En respuesta a estos desgarradores eventos, el Ayuntamiento de Rubí ha activado el protocolo de feminicidio, incluyendo la declaración de tres días de duelo y la organización de cinco minutos de silencio como acto de condena y repulsa hacia la violencia machista. La alcaldesa Martínez ha expresado su dolor y repulsa a través de un comunicado en la red social 'X', donde reitera la necesidad de una profunda reflexión social ante tales actos de violencia.
Este lamentable incidente no solo ha dejado una marca indeleble en las familias afectadas, sino que ha reavivado el debate sobre la eficacia de las medidas de protección para las víctimas de violencia de género. La comunidad de Rubí, junto con la de Castellbisbal, se encuentra en estado de shock, intentando procesar la magnitud de la tragedia y buscando caminos para prevenir futuros incidentes.
La violencia machista sigue siendo una de las lacras más persistentes y devastadoras de nuestra sociedad, y casos como el de Rubí exponen las grietas en los sistemas de protección y alerta que deben ser abordados con urgencia. La sociedad, las instituciones y los individuos deben unirse para fortalecer los mecanismos que garanticen la seguridad y la justicia para las víctimas de este tipo de violencia.