En España 1 de cada 3 niños y niñas está en riesgo de pobreza. Contamos con la tasa de abandono escolar más alta de la Unión Europea y cada año son más los menores tutelados. Más de 50 niños sufren cada día maltrato en el ámbito familiar y otros 300.000 niños podrían perder el cuidado de sus padres. Pese a ello, apenas un 1,4% del PIB se dedica a la infancia y contamos con la prestación por hijo más baja de la UE. Son datos facilitados por Aldeas Infantiles SOS, la organización de atención directa a la infancia más grande de nuestro país.

El riesgo de pobreza  en nuestro país se ha agravado considerablemente a raíz de la pandemia del coronavirus. Ya estaba en niveles inaceptables debido a la crisis económica de 2008 y el COVID 19 acabó en apenas un año con todos los esfuerzos realizados para revertir la situación. El último informe Arope, elaborado por Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión social, es poco esperanzador: un total de 12,5 millones de personas, el 26,4% de la población, está en riesgo de pobreza y 4,5 millones (9,5%), sufre de pobreza severa. Estos datos, correspondientes a 2020, nos alejan más de dos puntos del pronóstico marcado por los Objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

En España hay 2,2 millones de niños en riesgo de pobreza y exclusión social

Otro dato revelador de los últimos tiempos es que sólo una de cada tres personas en situación de pobreza severa está en el paro lo que nos lleva a concluir que hay una nueva figura de pobre: persona con trabajo remunerado cuyos ingresos no le permiten satisfacer sus necesidades básicas. Lo peor es que son los más pequeños los que sufren en mayor medida esta situación: se estima que hay 2,2 millones de niños en riesgo de exclusión en nuestro país, que es el quinto de la UE con mayor tasa de pobreza infantil, sólo por detrás de Rumanía, Bulgaria, Italia y Grecia.

No hace falta, por tanto, irse muy lejos para dar una oportunidad a estos niños, niñas y adolescentes en riesgo de exclusión social. Aldeas Infantiles SOS lleva ya 50 años trabajando en nuestro país con el objetivo de romper el círculo de pobreza que aboca a miles de niños y niñas a la exclusión social. En 2016 recibió el Premio Princesa de Asturias de la Concordia como reconocimiento a su trabajo protegiendo a los menores más vulnerables. Presentes en 10 comunidades autónomas, atienden las necesidades de niños y jóvenes con el objetivo de impulsar su desarrollo y autonomía, mediante el acogimiento en entornos familiares protectores y el fortalecimiento de sus redes familiares, sociales y comunitarias. Entre otras cosas, proporcionan un hogar a aquellos niños o niñas que no pueden vivir con sus padres y acompañan a jóvenes hasta su plena integración social y laboral.

"Te das cuenta de que necesitas mucha ayuda porque vienen cosas que no te esperas"

Ana, por ejemplo, lleva cuidando a su 'sobrino' desde que tenía 14 meses en acogimiento familiar mientras los padres del pequeño se recuperan. "No sabemos si el niño estará mucho o poco tiempo con nosotros, pero hago exactamente las mismas cosas que con mis hijos. Es uno más para nosotros”, asegura y reconoce que el apoyo de Aldeas Infantiles SOS es vital. "Te das cuenta de que necesitas mucha ayuda porque vienen cosas que no te esperas", destaca, "ellos te ayudan psicológicamente y te orientan cómo puedes actuar si surge algún problema".

El objetivo de Aldeas Infantiles SOS cuando estalló la pandemia era atender a 10.000 niños en España. Ahora ayudan a más de 11.000.

 

Aldeas Infantiles SOS lleva desde que estalló la crisis del coronavirus duplicando sus esfuerzos ante el aumento de familias en situación de vulnerabilidad y, por consiguiente, los niños. “Ahora, tras la emergencia sanitaria el número de niños en riesgo ha aumentado en nuestro país al igual que el número de familias que piden ayuda de nuestros programas”, aseguran desde la organización. Se trata de familias que, hasta ahora, habían tenido sus necesidades cubiertas y que se han visto de golpe y porrazo en una situación desesperada.

Desde que estalló la crisis, han duplicado el número de niños y niños que atienden. Su objetivo no es otro que darles una oportunidad para progresar en la vida y romper el círculo de pobreza. “Trabajamos para que se sientan protegidos y queridos y puedan aprender, ser escuchados, tener las mismas oportunidades que el resto de los niños, crecer en un entorno familiar y desarrollarse plenamente”, aseguran.

Cuentan con 8 Aldeas Infantiles SOS destinadas a niños que no pueden vivir en sus casas evitando de esta manera la separación de hermanos. Al mismo tiempo, impulsan el contacto con sus padres en busca de la reunificación familiar. Asimismo, tienen 29 centros de día, 5 Centros de Educación Infantil, 5 residencias para jóvenes y un piso para migrantes no acompañados.

Javier Sáiz

Javier vivió desde los 10 años en una residencia de Aldeas Infantiles SOS junto a su hermano, pero nunca perdieron el contacto con sus padres

Javier vivió desde los 10 años en la Aldea Infantil SOS de Cuenca junto a su hermano. Sus padres estaban enfermos y no podían hacerse cargo de ellos. "Al principio la idea nos pareció terrible, tanto a mi hermano como a mí, porque pensábamos que no volveríamos a ver a nuestros padres y que aquello sería una especie de lugar apartado del mundo", comenta. Nada más lejos de la realidad. Su paso por este centro le dio una oportunidad para vivir feliz y crecer personalmente. Para él es fundamental que, en casos como el suyo, todos los hermanos puedan seguir viviendo juntos. "Cuando los padres están ausentes, los hermanos son esenciales", enfatiza. Otro aspecto importante es que siempre pudieron mantener el contacto con sus padres y su pueblo de origen. 

"Aldeas Infantiles SOS me ayudo a descansar y a poder ser un niño de verdad"

"En Aldeas recibimos el cariño, la ternura y la protección que necesitábamos. Y yo ya no tenía que seguir siendo el responsable de todo como había hecho hasta ahora. Y eso supuso un alivio para mí. Me ayudo a descansar y a poder ser un niño de verdad", subraya. Javier acaba de graduarse en Derecho en la Universidad de Granada y estudia unas oposiciones para la Administración Pública. Está convencido de que, sin la ayuda de la ONG, posiblemente no habría podido crecer junto a su hermano ni hubiera estudiado una carrera universitaria.

Proyectos educativos

El trabajo de Aldeas Infantiles SOS abarca también numerosos proyectos educativos dirigidos a centros de Infantil, Primaria y Secundaria, entre los que destaca ‘Abraza tus valores’ un programa enfocado fundamentalmente a difundir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, en especial el de salud y bienestar, trabajo decente y crecimiento económico y alianzas para lograr estos objetivos. En él participan un total de 202.100 alumnos.

Además, lleva más de 20 años convirtiendo a los más pequeños en ‘Diputados por un Día’ en el Congreso y la iniciativa se ha llevado también a los parlamentos autonómicos en el marco del programa educativo ‘Abraza tus Valores’. De esta manera, promueven la reflexión, el diálogo y el trabajo en equipo llevando y defendiendo en los diferentes hemiciclos sus propuestas. Los menores han sabido dar toda una lección en este tiempo a los adultos ejerciendo su derecho a la libertad de expresión, a manifestar su opinión y que esta sea escuchada.

¿Cómo colaborar con aldeas infantiles?

Hay múltiples formas de ayudar a Aldeas Infantiles SOS ha desarrollar su trabajo. La aportación puede ser económica o, si no tienes recursos, regalando tu tiempo, que es el bien más preciado que tenemos. La ONG cuenta con una red de voluntarios que ofrecen su apoyo a los profesionales que trabajan allí enriqueciendo su trabajo diario. En el último año ha contado con la solidaridad de 409 personas.

Otra posibilidad también muy necesaria es aportar recursos económicos. Puedes hacerte socio aportando una cantidad fija al mes de tu elección, apadrinar un proyecto, hacer una donación puntual e incluso hacer un testamento solidario.

Aldeas Infantiles SOS ha puesto en marcha mecanismos de transparencia en la gestión de todos sus proyectos. Sus cuentas se someten cada año a un proceso de auditoria externa, se hacen públicas y se depositan en el Ministerio del Interior. Los socios y los padrinos que colaboran reciben mensualmente información sobre los proyectos y actividades que llevan a cabo y se les invita a visitar los programas y conocer de primera mano la actividad que realizamos con los fondos aportados.