Agosto ha llegado a nuestras vidas arramplando como elefante en una cacharrería. El clima más o menos afable del mes de julio no aparecerá – a priori – durante todo el octavo mes del año, que amenaza con someter a todo el país bajo el influjo de temperaturas infernales. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) actualizó sus avisos este pasado domingo, incrementando el nivel de alerta por fenómenos adversos para una segunda ola de calor que asfixiará a todo el territorio nacional, con excepción de la cornisa cantábrica y las islas Canarias. De hecho, han elevado los avisos rojos por calor extremo y han ampliado el radio de acción de una ola de calor que, pese a que las primeras previsiones apuntaban al 7 de agosto como su final, durará hasta el próximo día 10.

El episodio de calor extremo dio sus primeros brochazos este pasado domingo, con un ascenso generalizado de las temperaturas que continuará, de manera menos notable, durante los próximos días; provocando una “muy probable” ola de calor, que superará marcas de 38 grados con facilidad y que amenaza con sobrepasar valores de 42 grados centígrados en los valles del Guadiana, Guadalquivir y el Tajo. Ello se debe a un esquema que será estacionario, con altas presiones atlánticas expandiéndose sobre una parte sustancial de la Península, así como un sistema de bajas presiones que comprimirá al suroeste del país y, a su vez, facilitará la entrada de una masa de aire cálido y seco desde el continente africano, contagiando a la práctica totalidad del territorio. Sólo la cornisa cantábrica y las Canarias escaparán de las garras de estos fenómenos.

Ello, sumado a la elevada insolación – habitual por otra parte – del mes, provocará valores térmicos más altos de lo normal para la época del año. Las alertas meteorológicas echan chispas, mientras que el Ministerio de Sanidad ha actualizado el mapa con los niveles de riesgo para la salud (Meteosalud), incluyendo a cerca de un millar de municipios en un nivel alto o rojo. La mayoría de ellos se concentraban este domingo en el suroeste de A Coruña, Rías Baixas y el interior de la provincia de Pontevedra, así como en la comarca de Valdeorras (Ourense), el Bierzo (León), Zamora, la meseta y el sur de Salamanca, notables zonas de Extremadura, la sierra de San Vicente (Toledo), el área metropolitana de Madrid, además de el corredor del Henares, el valle del Guadiana y Jaén.  Además, otras localidades de varias autonomías peninsulares viven en un nivel de riesgo medio o naranja, aunque en otros municipios se ha encendido una alerta de riesgo bajo o amarilla por las elevadas temperaturas previstas.

Calvario térmico

La semana no sólo no será igual, sino que se prevén peores condiciones de vida. Los ascensos térmicos continuarán, expandiéndose de forma significativa en el interior de la fachada cantábrica, donde se dejarán notar con facilidad. En las principales depresiones del tercio suroeste del país, sin descartarse en la cuenca baja del Miño, se espera que los valores besen los 40 grados centígrados, elevando la probabilidad de que esa cifra se sobrepase hasta alcanzar los 42 en las zonas circundantes al Guadiana y Guadalquivir.

A medida que avance la semana, se espera que continúen en alza lo valores anormalmente cálidos en las zonas anteriores, con máximas similares e incluso superiores a las del arranque. No obstante, en el norte peninsular las temperaturas bajarán de forma significativa para ascender de nuevo durante la jornada del miércoles. Se espera que en estos dos días el mercurio alcance los 38 o 40 grados en las principales depresiones del nordeste peninsular, así como en las del Guadiana y Guadalquivir, donde las temperaturas superarían incluso los 42 grados del lunes. Tampoco se descarta el contagio a otras zonas próximas, como las áreas bajas de la meseta norte.

La incertidumbre crece con la llegada del jueves, fecha en la que se esperaba que el episodio de calor extremo frenase su actividad. Es probable que el mercurio continúe su tendencia alcista, especialmente en el tercio oriental del país. La AEMET prevé que el escenario más plausible es que las temperaturas desciendan el viernes en áreas del Cantábrico, pero volverían a subir en el oeste peninsular. Por ello, consideran que la ola de calor se mantendría, como mínimo, hasta el próximo fin de semana.

Durante estas fechas se superarían con relativa facilidad los 38 puntos en buena parte del territorio peninsular, sobre todo en áreas del interior de la mitad sur, depresiones del nordeste y meseta Norte. No se descarta un incremento térmico en Galicia, Cantábrico oriental o el interior de las Baleares. De nuevo, áreas como el entorno del Guadalquivir y del Guadiana superarán los 42 grados centígrados, sin descartarse que estos valores se repliquen en el Tajo y, en menor medida, en el Ebro.

Noches al rojo vivo

Las autoridades sanitarias y Protección Civil hacen hincapié estos días en la importancia de cuidar la salud, de redoblar la atención sobre personas vulnerables (niños, ancianos, enfermos o embarazadas), a los trabajadores al aire libre; así como seguir con las recomendaciones básicas ante el calor, entre ellas, mantenerse hidratado o evitar la exposición directa al sol durante las horas centrales del día. Por otro lado, persisten en extremar precauciones para evitar los incendios forestales.

Tampoco será fácil conciliar el sueño durante esta hora de calor. Si bien es cierto que el incremento térmico no será tan extendido y acusado durante las noches, sí será suficiente para que las temperaturas nocturnas sean notables. No se espera que bajen de los 23-25 grados centígrados en zonas del centro y sur peninsular, así como en el entorno del litoral mediterráneo, ganando extensión a partir del jueves en el tercio suroeste e incluso expandiéndose hasta el valle del Ebro.

Súmate a

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio