La recta final del verano en España llega marcada por un tiempo cambiante que resume a la perfección la transición hacia el otoño. La primera mitad de la semana estará dominada por la estabilidad atmosférica, con cielos despejados y temperaturas anómalamente altas, mientras que a partir del viernes un frente frío irrumpirá con lluvias, tormentas y un descenso notable de los termómetros que marcará el final de un veranillo de San Miguel que se ha adelantado en este 2025.

Durante los próximos días, un potente anticiclón será el responsable de mantener la calma meteorológica en gran parte del país. La entrada de aire cálido procedente del norte de África disparará los valores diurnos por encima de los 30 grados, superando lo habitual para mediados de septiembre. El calor será especialmente intenso en el valle del Guadalquivir, donde ciudades como Sevilla o Córdoba volverán a registrar máximas superiores a los 35 ºC, prolongando así la sensación de verano sofocante.

En cuanto a las precipitaciones, se espera una situación muy desigual. Galicia será la primera comunidad en romper la monotonía anticiclónica: un frente atlántico dejará lluvias que, con el paso de los días, se extenderán hacia el Cantábrico, el alto Ebro y el Pirineo. También podrían aparecer chubascos aislados en el interior de Cataluña y en algunos tramos del litoral norte del Mediterráneo, aunque en general las probabilidades serán bajas en la primera mitad de la semana.

El cambio de guion llegará en la segunda parte. Desde el viernes, la entrada de un frente frío por el noroeste peninsular provocará un aumento generalizado de la inestabilidad. Galicia, la cornisa cantábrica y áreas del interior se verán afectadas por lluvias persistentes que podrán intensificarse en el Cantábrico oriental y los Pirineos. Allí, los acumulados podrían alcanzar entre 30 y 50 litros por metro cuadrado en apenas 24 horas, acompañados de tormentas que pondrán fin al ambiente veraniego.

Este viraje traerá consigo un alivio térmico: el aire cálido será reemplazado por masas más frescas y húmedas, reduciendo además la calima que en los últimos días ha afectado a varias regiones. Aun así, las temperaturas seguirán siendo elevadas en el sur y en el litoral mediterráneo, donde los termómetros continuarán por encima de la media estacional.

Según los meteorólogos de Meteored, esta evolución está vinculada a la configuración de un patrón atmosférico conocido como NAO+, que sitúa las borrascas en latitudes más septentrionales, favoreciendo ondulaciones del chorro polar. Este escenario permite al anticiclón atlántico orientarse de sur a norte, con proyección hacia Islandia, lo que facilita la llegada de frentes más activos a la península.

De hecho, no se descarta que el país se vea afectado por una vaguada derivada del chorro polar, con capacidad para originar una DANA o borrasca fría aislada. Este fenómeno representaría el episodio de inestabilidad más intenso, dejando lluvias torrenciales en áreas concretas y confirmando el final abrupto del verano.

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