Sonia Vivas fue durante años agente de la Policía Local de Palma, era su “sueño desde niña”. Cuando vistió por primera vez el uniforme “me miré al espejo y me sentí orgullosa, feliz de pertenecer a lo que para mí siempre fue una vocación de servicio público”, relata.

Su decisión fue aceptada en casa, pero no en el grupo de amigos del movimiento asociativo LGTBI en el que militaba. “Lo vieron con malos ojos y hubo gente que se sintió contrariada con mi decisión, pero no me importó. Hice lo que me dictaba mi corazón y mi conciencia”.

"La Policía ha evolucionado poco"

En Palma hay “unos 800 agentes y hay alrededor de un 10% de mujeres. Han cambiado pocas cosas en esta recién estrenada democracia porque se ha intentado que las cosas continuaran cuanto más iguales y estancas mejor”.

"Los cambios dentro de la Policia los ha hecho la sociedad civil y aquellos hombres y mujeres que se enfrentaron al sistema desde dentro. Me siento orgullosa de que mi nombre sea uno de ellos. La policía ha evolucionado poco en relación a los avances sociales, continúa enclaustrada en un muro donde el ciudadano no puede mirar dentro. No quieren perder el poder y el control absoluto sobre asuntos que no deberían ser opacos a la ciudadanía", señala la expolicía.

Violentos que atienden casos de violentos

¿Casos de discriminación? "Que las denuncias por violencia de género las puedan recoger compañeros denunciados por violencia por sus esposas porque no hay protocolos que taxativamente impidan eso, es un claro ejemplo de lo que importa la violencia sobre la mujer en las instituciones armadas. O que los agentes vean con malos ojos que dos compañeras hagan patrulla conjunta, poniendo en duda la capacidad para desarrollar las mismas funciones que ellos”.

“Que estés en un grupo de watsapp de trabajo y cuelguen videos porno y se rían de chistes machistas.Que no haya ropa con tallajes femeninos y nadie tenga en cuenta que el chaleco antibalas tiene que ser para una mujer porque tenemos tetas”, añade Sonia Vivas.

La fuerza bruta es un valor en alza

Sonia critica que "las mujeres dentro de la policía nos conformamos con pedir chalecos y material. No hay valentía para expresar la opresión que se vive dentro porque la fuerza del grupo es enorme y acabas apartada. Hablar de policía y feminismo es un oxímoron. La fuerza bruta es vista como el gran valor en alza de todo policía, pero no solo por los agentes sino por la sociedad en general. Una mujer en la policía tiene que estar demostrando todo el rato que puede hacerlo, que es capaz. Es un mundo muy competitivo y los hombres nos tratan con paternalismo”.

Ser mujer y lesbiana dentro de la Policía

La exagente reflexiona que "existen tantas realidades como mujeres lesbianas, cada una tiene su vivencia y su narración de cómo lo ha pasado. Yo sufrí acoso por ser mujer y por ser lesbiana, lo denuncié y gané,estoy orgullosa de poder contribuir con mi experiencia y relato a ayudar a otros y a otras. La policía gestiona mal la diversidad interna y externamente. Me escriben muchas personas trans que quieren entrar en la policía. Si están haciendo el tránsito tienen que pasar una entrevista personal así que las cifras de personas transexuales en los cuerpos de seguridad hablan por sí mismas”.

El futuro

“Las mujeres no cambiaremos la policía hasta que no entendamos que los liderazgos tienen que cambiar. Si asciendes y tomas el mando, pero tu liderazgo es masculino no hay cambio. Si impones, si levantas el tono, si hablas como ellos y adoptas su rol no hay cambio posible. La mujer dentro de la policía aún no sabe que tiene un papel que desempeñar, el nuestro. El tablero estaba hecho cuando nos dejaron jugar”.