Las residencias de ancianos fueron en la primera ola de la pandemia del coronavirus los principales focos de contagio y donde el impacto fue más negativo. El drama fue tan extremo que se dejó de derivar a muchos ancianos a los hospitales, como ocurrió en las residencias de la Comunidad de Madrid por un decreto firmado por el Ejecutivo regional que impedía las derivaciones. Más de 6.000 ancianos fallecidos registrados en los centros madrileños, a los que hay que sumar los más de 2.000 en los hospitales.

La situación en las residencias fue tan grave, en gran parte, por la falta de recursos y la merma durante años de la calidad de sus servicios. Es por eso que la Asociación Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en Residencias (Pladigmare) exige el compromiso con estos centros, un cambio de paradigma y unos servicios dignos.

En concreto, de cara a las próximas elecciones en la Comunidad de Madrid, los familiares de ancianos en residencias han planteado una serie de propuestas para solucionar los problemas que se han detectado en ellas y que han tenido mucho que ver en el impacto de la pandemia. Así como también han pedido el compromiso de los diferentes partidos políticos para con las residencias.

Propuestas para evitar una nueva tragedia

Las propuestas de Pladigmare para renovar las residencias se basan en alternativas que ya antes habían planteado para solucionar los problemas que se han visto en las residencias y durante la pandemia han sido evidentes.

1. Estructura de las residencias: Las residencias no pueden tener un tamaño superior a 60 plazas en habitaciones individuales, con la posibilidad de convertirse en dobles para matrimonios o parejas. También debe existir un stock de EPIs con un alcance de un mes, además de hacer obligatorio un plan de contingencia con simulacros periódicos de zonificación y clasificación de residentes.

2. Personal (ratios, formación y contratación): En relación al personal señalan que hay que modificar los criterios de establecimiento de ratios. Se deben dimensionar las plantillas para cada una de las categorías de atención directa y no se pueden disminuir en los periodos de vacaciones, descansos semanales, festivos o bajas. Los ratios deben ser establecidos con criterios objetivos, científicos, por puestos de trabajo y por turnos. Todo ello sin olvidar la formación y prestando especial atención al establecimiento obligatorio de la enseñanza en pandemias y en el uso de EPIs, además de cursos de formación contra el edadismo y el respeto hacia los mayores.

Pladigmare explica que hay que eliminar los contratos precarios para las categorías de atención directa y fomentar la contratación indefinida con puntuación positiva para quienes tengan un porcentaje de más del 90% de los trabajadores con esa modalidad.

3. Protocolo contra el maltrato: en los últimos meses se han dejado ver indignantes vídeos en los que se ve a cuidadores y trabajadores de centros de mayores maltratando a los mismos. De ahí la importancia en establecer unos parámetros claros que permitan identificar el maltrato psíquico, físico o sexual de manera eficaz. También es importante tener información y coordinación con los servicios médicos de atención primaria y con los hospitales.

4. Coordinación con el sistema nacional de salud: una vez una persona ingresa en una residencia debe tener el mismo derecho a la atención primaria, especializada y en hospitales que el resto de ciudadanos. Por ello se deben utilizar las herramientas informáticas precisas y dotar a la atención primaria del personal necesario para controlar y tratar la salud del residente. Los servicios médicos de la residencia deben estar coordinados con las directrices y la supervisión del médico que corresponda.

5. Control: para evitar que las residencias se conviertan en un negocio y dejen de ser un derecho, se debe aumentar el número de inspecciones e incrementar sustancialmente la cuantía de las sanciones y las penalizaciones. También se deben potenciar y hacer obligatoria la participación de los familiares en los consejos de residentes o de usuarios, tanto en residencias públicas como privadas.

6. Reequilibrio a favor de lo público: en la Comunidad de Madrid, el 92% de las residencias o son privadas o su gestión está en manos privadas. Para cubrir el déficit de 8.000 plazas residenciales, en función de las recomendaciones de la OMS, se debe realizar un Plan de creación de residencias públicas y gestionadas públicamente.

Pladigmare también exige la gestión pública de las residencias públicas en manos privadas. Mientras que esto no se produzca piden que aquellas empresas sancionadas por incumplimientos graves de la ley o de los pliegos de los contratos de gestión tengan una puntuación negativa.

Miguel Vázquez ya ha hecho hincapié en varias ocasiones en la necesidad de un nuevo plan en las residencias. En declaraciones a ElPlural.com ha asegurado que “hay que revisar las ratios, formar a los trabajadores en pandemias, establecer cauces de participación para los familiares, mejorar la atención y, desde luego, replantearse el tema de la desproporción entre lo público y lo privado para favorecer y fomentar lo público”, porque, tal como sentencia, “no se puede hacer un negocio a consta de los mayores”.