El comisario José Manuel Villarejo confesó, ante uno de sus clientes, que destinó “una parte” del primer pago que recibió de la dictadura de Guinea Ecuatorial en la compra de medios de comunicación, según desvela Voz Pópuli. Así se encargó de orquestar una campaña de descrédito contra lo publicado en El País y en El Mundo.

En marzo del año 2012, El País publicó, en su suplemento dominical, un artículo bajo el título de El saqueador. Este texto hacía referencia a Teodoro Obiang Nguema, hijo del dictador del país africano al que se conocía como Teodorín. Esta publicación desató los nervios del entorno directo de la dictadura guineana.

Contra la prensa

El gobierno del país contrató al excomisario por 5,3 millones para defender los intereses de la dictadura. El empresario Francisco Menéndez Rubio, que ejerció como intermediario, encargó a Villarejo, en mayo de ese mismo año, que comenzara una campaña que contrarrestara todas las informaciones críticas con el régimen.

Siguiendo la información de Voz Pópuli, cuando el representante de la dictadura en España exigió que se investigaran las cuentas del oponente de Teodoro para suceder al dictador, el excomisario explicó que, por el momento, el acceso al patrimonio bancario de Gabriel Mbega no era viable.

“Nos va a llevar un mínimo de tiempo, entre otras cosas porque parte de la provisión que hemos pedido para el tema de la investigación la hemos tenido que dedicar a mantener el tema de la prensa mientras no teníamos nada”, explicaba Villarejo.

El excomisario en prisión explicó su estratagema para frenar en seco lo que llamaban “una campaña de intoxicación”. “Cada quince días va a tener un artículo a tal efecto”, señalaba. Villarejo asegura que “a partir de mañana van a empezar a sacar cosas para frenar el tema en El País”.

"Vivir de ellos"

Según las grabaciones publicadas por Voz Pópuli, el comisario jubilado iniciaría esta campaña con un reportaje “durísimo” en una revista de tirada nacional contra Gabriel Mbega. No obstante, en otra conversación entre Villarejo y Menéndez Rubio sobre sus clientes, el excomisario y el intermediario aseguraron que “hay que cogerles bien y luego vivir de ellos”.

El comisario, inmediatamente, aseguro que se deben a “determinados profesionales, que les estamos pagando”. “Parte del tema de la investigación la hemos desviado para la cuestión del trema de prensa. ¿Por qué? Porque los periodistas son muy hijos de puta y esta gente tiene todo el poder del mundo”, admitió el excomisario. La intención de Villarejo, por su parte, se correspondía con “desmontar a El País y a El Mundo”.

En el sumario, según Voz Pópuli, la Policía adjunta dos contratos que Cenyt firmó con dos medios de comunicación de escasa repercusión. El primero se correspondía con un periódico digital cuya propietaria era la mujer del excomisario y el segundo, de publicidad.

La Policía también añade dos artículos que publicó uno de los medios y que tratan los problemas judiciales de la dictadura de Teodoro Obiang Nguema.