La Comisión de Garantías de Ciudadanos atraviesa un momento complicado. Destapado el intento de ‘pucherazo’ en Castilla y León, donde se intentó colocar a Silvia Clemente por encima de Francisco Igea con 82 votos salidos en masa a horas intempestivas desde una misma dirección, los frentes se amplían. Los candidatos de Madrid, Cantabria y Murcia que fueron superados en su momento vuelven a pedir una revisión pormenorizada de los votos.

Hemos hablado en exclusiva con José López, candidato crítico con el núcleo oficialista de los naranjas que perdió ante Félix Álvarez, el elegido por los pesos pesados de la formación. “Que me devuelvan la tranquilidad”, pide López, que dice haber hecho todos los trámites necesarios para volver a recontar el resultado porque hay indicios sospechosos: “Nos hemos encontrado un patrón de votos sospechoso. Amigos y conocidos del partido me dicen que sienten haber perdido las elecciones de forma fraudulenta”.

Y es que, con su equipo tratando de dar luz al asunto, la sospecha crece debido a “la aparición de repuntes de votos masivos de golpe”. “Hemos solicitado la revisión a Comité de Garantías. Que el proceso empiece a las 10 de la mañana y 20 segundos después aparezcan votos masivamente no tiene sentido”, continúa el dirigente.

Todos los analistas políticos coinciden en que la reacción del equipo de Rivera se está demorando demasiado. “Yo espero que reaccionen”, incide el político cántabro, alegando que, además, en su caso, se puede producir un problema de coacción evidente: “Personas me dicen que los oficialistas han llamado a militantes para que voten de forma conjunta a cambio de cargos en el futuro. Un clientelismo claro cercenando el derecho a la libertad de voto”.

Desencantado, a la par que crítico, López no duda en cargar contra las capas más altas del partido. La coacción se reproduce además en los debates internos y diarios dentro del partido: “Se está silenciando la corriente crítica. Hay una persecución sistemática: en los chats te eliminan si vas en contra de los intereses partidarios de una parte del partido”

“¿Hasta qué punto se pueden abrir expedientes por debatir? Esto no es para nada lo que pensábamos inicialmente del partido: es un sistema semifascista”, concluye.

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