Save the Children ha confirmado que hay un cuarto fallecido tras el ataque, este miércoles, a su sede en Afganistán. La organización está a la espera de conocer la identidad de sus trabajadores muertos en el asalto reivindicado por el ISIS, según ha confirmado la organización a El Plural.



Un grupo de hombres armados atacó, este miércoles, durante más de siete horas la sede de Save the Children en Jalalabad (una ciudad de 350.000 habitantes), al este de Afganistán, donde murieron al menos tres personas y más de 20 resultaron heridas. Uno de los atacantes activó unos explosivos a la entrada del edificio, lo que permitió la entrada del resto de terroristas, que iniciaron disparos.El autodenominado Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) se atribuyó el atentado en un comunicado. 


Save the Children suspende "temporalmente" su labor en Afganistán

Save the Children anunció la suspensión de todas sus actividades en Afganistán, donde presta asistencia a casi 1,4 millones de niños afganos. Según han dicho fuentes autorizadas de la organización a El Plural, el cierre es “temporal”.

Save the Children trabaja en Afganistán desde 1976 con programas de salud, educación, nutrición y protección infantil. Su labor humanitaria en el país llega a casi 1,4 millones de niños, según datos de la organización en su web.

No habrá medallas para estos héroes
Fuentes vinculadas a la organización, consultadas por El Plural, han lamentado que “no habrá ni medallas, ni homenajes ni banderas” para los cooperantes asesinados, a pesar del trabajo encomiable que realizan en ese país en guerra.

“Lo peor, es que Save the Children tiene que salir de Afganistán después de 45 años trabajando allí, y la población no tendrá esta asistencia”, añaden las mismas fuentes.

17 cooperantes murieron en 2017
En 2017, un total de 17 cooperantes murieron en Afganistán. El 2 de marzo de 2015 fueron secuestrados cinco trabajadores de Save the Children mientras desarrollaban labores de seguimiento de proyectos en la provincia de Tarinkot, una de las zonas más peligrosas del país por ser un enclave talibán. Un mes y medio después los cinco trabajadores fueron ejecutados a tiros por los secuestradores, recuerda la ONG.

En octubre del año pasado, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció la reducción "drástica" de sus operaciones en Afganistán tras varios ataques a sus instalaciones y la muerte de siete de sus trabajadores en ataques armados en nueve meses, entre ellos la española Lorena Enebral Pérez, de 38 años.