El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se desplazará este viernes, 11 de octubre, a El Vaticano. Allí, será recibido por el Papa Francisco en audiencia a las 09:00 horas de la mañana, según informan desde la Secretaría de Estado de Comunicación. Explican desde el Ejecutivo que, ante la gravedad de los acontecimientos que están teniendo lugar en Oriente Medio, el máximo mandatario español buscará “aunar esfuerzos en favor de la paz, instando a la diplomacia y al diálogo frente a la vía militar”. La última recepción del Sumo Pontífice al actual presidente fue en octubre de 2020, en plena pandemia, para reflexionar sobre “los principales desafíos” de la sociedad contemporánea.
Según exponen desde la SEC, el encuentro con el Sumo Pontífice abordará los conflictos bélicos que asolan al mundo, haciendo especial hincapié en la escalada de violencia en Oriente Medio. “Ante la gravedad de los acontecimientos, el presidente del Gobierno quiere continuar aunando esfuerzos en favor de la paz, instando a la diplomacia y al diálogo, frente a la vía militar”, subrayan desde el Gobierno, al tiempo que dibujan al Papa Francisco como “uno de los principales líderes espirituales del mundo”.
En este sentido, subrayan que el pontífice “ha formulado constantes llamamientos al cese de las hostilidades y al silenciamiento de las armas en diversas zonas de conflicto”. Por ello, consideran que Francisco I se ha consolidado como “una de las voces más influyentes a nivel global en la promoción de la paz y el entendimiento entre las naciones”. En este sentido, la SEC profundiza en que España busca capitalizar “todos los esfuerzos” en la búsqueda de una “solución diplomática” que contemple el “inicio de un proceso político para devolver la paz y la seguridad a la región”, incluyendo la vía de los dos Estados, así como una Conferencia de Paz.
Cumbre en Chipre
Al concluir la estancia en El Vaticano, el jefe del Ejecutivo emprenderá un viaje rumbo a Chipre, donde tiene previsto asistir y participar en la cumbre del MED9 que reúne a los países del sur de Europa. Allí, informan desde la SEC, intercambiará puntos de vista sobre cuestiones de interés común con el foco puesto sobre el próximo Consejo Europeo.
El MED9 congrega a los jefes de Estado y Gobierno de España, Portugal, Francia, Italia, Grecia, Malta, Chipre, Eslovenia y Croacia, además de a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen. Por otro lado, también estará presente en la cita el rey de Jordania, que ha sido invitado por los estados miembros con el fin de debatir y abordar la “situación en Oriente próximo”, además de otras cuestiones.
Último viaje a El Vaticano
La última vez que Sánchez tuvo un encuentro con el Papa en sus dominios fue en octubre del año 2020, cuando el mundo aún trataba de recomponerse de la devastación causada por la pandemia del coronavirus. El jefe del Ejecutivo, acompañado por Begoña Gómez, fue recibido por el Sumo Pontífice en un encuentro que duró cerca de 35 minutos y en el que hubo intercambio de elogios, pero también de presentes.
El Sumo Pontífice regaló al jefe del Ejecutivo un bronce patinado que representaba la figura de una mujer con un niño en brazos enmarcada en la columna de la Plaza de San Pedro, que aparece con unas grandes manos entrelazadas en señal de fraternidad y una barca todavía en el agua con migrantes. Según la explicación adjuntada por El Vaticano, la frase inscrita en el marco (‘Llenemos las manos de otras manos’, hace referencia al “llamamiento constante del Papa a la acogida y a la misericordia”. Además, le hizo entrega de los escritos más importantes que constituyen la hoja de ruta de su pontificado.
Por su parte, el jefe del Ejecutivo español le hizo obsequio de un facsímil del Libro de horas, del obispo Juan Rodríguez de Fonseca. Una reproducción de un libro de rezo, cuyo manuscrito original data del siglo XV, de uso puramente privado y repleto de ilustraciones. Además, durante la charla, se abordaron cuestiones de interés común como la globalización, la migración, el cambio climático e incluso la educación. Un encuentro que acabó con las buenas palabras del Papa hacia el presidente y la delegación española: “Me gratifica mucho (la visita) y les pido por favor que recen por mí. Y los que no rezan porque no son creyentes, al menos mándenme buena onda, que me hace falta”.
