Este martes el exvicepresidente del Gobierno de José María Aznar y exministro de Economía, Rodrigo Rato, ha comparecido ante la Comisión de Investigación sobre la crisis financiera de España. El que fuera director de Bankia fue citado para explicar su rol en la burbuja inmobiliaria, que muchos coinciden en que supuso la génesis de la crisis que eclosionó en 2008, así como esclarecer la ruinosa gestión que realizó al frente de la entidad financiera que dirigió, ya que, tras un año de su salida a bolsa –con las cuentas presuntamente falseadas- tuvo que ser nacionalizada. El discurso inicial de Rayto ha sido largo y muy técnico, pero todos los puntos coincidían en una arista: la culpa del hundimiento de la banca es del actual ministro de Economía, Luis de Guindos.

Rato ha asegurado que De Guindos le pidió que dimitiera como máximo responsable de Bankia y ha dado a entender que el Gobierno de Mariano Rajoy quiso el rescate de la economía española en su conjunto tras su llegada al poder. Sin embargo, ha añadido, solo logró el del sector financiero en el verano de 2012, "el único rescate que le ofrecieron", y la prima de riesgo española llegó a 700 puntos básicos, más de 400 puntos por encima que un año antes. Todo ello contribuyó, en su opinión, a que entre enero y septiembre de ese año, 250.000 millones salieran de la banca española, el 25 % del PIB.

El rescate a la banca se consiguió después de que De Guindos, a poco de asumir el cargo afirmara que el sector necesitaba más de 60.000 millones. A partir de ese momento, las acciones de todos los bancos empezaron a caer y el Ejecutivo se apresuró en aprobar dos decretos con mayores exigencias para cubrir el riesgo inmobiliario.

El primero de ellos llegó en febrero y el grupo BFA-Bankia fue capaz de cubrirlo, pero el segundo decreto llegaría en mayo de 2012 y antes de que se aprobara, según Rato, De Guindos le exigió que dimitiera como presidente de Bankia. La petición llegó durante una reunión con Rato y los principales banqueros del país -Emilio Botín, Francisco González e Isidro Fainé, presidentes entonces de Banco Santander, BBVA y CaixaBank-.

Pero no se trataba del primer encuentro entre De Guindos y los grandes banqueros, ya que Rato ha detallado que antes había habido otros dos en los que el ministro llegó a encargar a los competidores que calcularan las provisiones que necesitaría Bankia.
En ninguna de aquellas citas, ha añadido, estuvo presente el Banco de España, al que Rato cree que directamente se le ocultaron.

Además, ha recordado que tras su dimisión, De Guindos cifró en 7.000 millones las necesidades de Bankia para cumplir con los nuevos requerimientos de provisiones, por lo que teniendo en cuenta que el grupo ya había dotado parte, le quedaban unos 5.000 millones.

Sin embargo, también ha rememorado que De Guindos añadió en aquel momento que el Gobierno estaba dispuesto a dar a los nuevos gestores de Bankia, ya presidida por José Ignacio Goirigolzarri, todo lo que pidieran y se tradujo en una inyección de más de 19.000 millones y la pérdida de 4.500 prestados inicialmente al grupo.

Sobre la ayuda requerida por el actual equipo de Bankia, Rato ha recordado que desde el Banco de España, el entonces director general de supervisión, Jerónimo Martínez Tello, consideró que esa cifra era la que garantizaba un 13 % de beneficio para un inversor mayorista.