Alberto Núñez Feijóo ha planteado 50 medidas contra los incendios, entre las que se encuentra el registro de pirómanos, profesionalizar Protección Civil y más ayudas. Sin embargo, en un “despiste” el Partido Popular ha olvidado borrar las anotaciones para su presidente y han quedado retratados en un alarde innovador frente a la crisis de los incendios.

“Hemos trabajado en una respuesta integral con 50 medidas para las zonas afectadas que comprenden la ayuda inmediata a las personas, la reparación de pueblos, la recuperación del patrimonio forestal y de empleos, y la preparación ante futuros eventos”, señalaba Feijóo, subrayando que las propuestas de su partido responden a tres objetivos: atención ágil a los afectados, recuperación de los entornos y empleos destruidos, y garantías para que “una tragedia de estas dimensiones no vuelva a ocurrir”.

Lo que debía ser un golpe de efecto político se ha convertido en un bochorno estratégico. El documento del PP con las 50 medidas, distribuido tras el anuncio de Feijóo, incluye anotaciones internas que no fueron borradas a tiempo. En ellas se admite que algunas propuestas “ya se hacen”, y se recomienda dar la impresión de que son iniciativas excepcionales.

Sus anotaciones, olvidadas por error, evidencian que fue concebido también como un manual de comunicación política. Más que un plan de emergencia, lo revelado parece un guion diseñado para proyectar liderazgo en plena crisis, aunque sea a costa de vender como “nuevas” medidas que ya existen.

Por ejemplo, en la medida 18 —“programas excepcionales de empleo para limpieza de montes y reconstrucción de viviendas”— el texto añade entre paréntesis que “ya se hacen, hay que dar la idea de que se tienen que convocar de forma excepcional en estos momentos”. Una confesión involuntaria que revela que la auténtica naturaleza del plan está más orientado a la imagen pública que a ofrecer respuestas inéditas.

Viejas recetas disfrazadas de novedades

El PP presenta como hallazgos medidas que forman parte del protocolo habitual en situaciones de emergencia. Entre ellas, las ayudas a la alimentación del ganado, al abastecimiento de agua o a la reposición de reses, así como la solicitud del Fondo de Solidaridad de la UE. Todas ellas se activan de manera recurrente cada vez que se produce una catástrofe natural de gran escala.

También la propuesta de exención de tasas municipales y autonómicas o la convocatoria de conferencias sectoriales son prácticas habituales que no aportan novedad alguna. El intento del PP pasa por reempacar medidas ya vigentes para dar la impresión de estar ofreciendo un plan de choque inédito.

El registro de pirómanos 

Una de las medidas que más titulares ha generado es la creación de un Registro Nacional de Pirómanos con imposición de pulseras telemáticas durante los meses de mayor riesgo. La propuesta, sin embargo, choca con limitaciones legales y prácticas pues las condenas por incendio ya figuran en antecedentes penales, y los expertos cuestionan la eficacia de un control individualizado en la lucha contra un fenómeno complejo como los fuegos forestales.

La profesionalización de Protección Civil, otra de las banderas de Feijóo, tampoco supone una innovación real. El sistema ya cuenta con estructuras profesionalizadas, brigadas y personal técnico desplegado en coordinación con las comunidades autónomas y el Estado.

La sombra de Galicia

El contraste resulta todavía más evidente al recordar la gestión de Feijóo en Galicia. Durante sus años al frente de la Xunta, el hoy líder del PP rehuyó aplicar cambios estructurales en la política forestal, a pesar de que Galicia sufre cada verano algunos de los incendios más devastadores del país. El modelo de monte gallego, dominado por especies de crecimiento rápido como el eucalipto y el pino, siguió expandiéndose durante sus mandatos sin un plan serio de diversificación forestal, algo que los expertos llevan décadas reclamando.

Tampoco impulsó una política estable de refuerzo de brigadas de extinción, limpieza de montes o planificación a largo plazo. De hecho, muchas de las medidas que ahora presenta como “innovadoras” ya fueron objeto de debate en Galicia y quedaron arrinconadas por la falta de voluntad política.

Hoy, mientras la comunidad afronta el segundo incendio más grande de su historia, Feijóo proclama medidas que nunca quiso aplicar desde San Caetano. Las soluciones que promete ahora como líder de la oposición son, en buena parte, las que desestimó durante más de una década de gobierno autonómico.

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