El Gobierno empieza a asumir la caída de la reforma de Extranjería
Pese a los intentos por desatornillar a Partido Popular y Junts de su 'no' en la votación de la toma en consideración de la modificación, en Moncloa empiezan a asomar las primeras reacciones cargadas de pesimismo. A poco más de una hora para que comience la votación en el Congreso de los Dipuados, fuentes del Ejecutivo subrayan que han puesto toda la carne en el asador para convencer a los conservadores, pero no es suficiente para salvar el match ball.
Desde Moncloa apuntan que se han abierto a incluir medidas para cubrir las peticiones planteadas por el principal partido de la oposición, como la inclusión de mecanismos para afrontar situaciones de urgencia y emergencia. Sin embargo, de sus palabras se desprende un pesimismo que apunta a que la reforma no superará el primer trámite parlamentario. Tampoco lo han conseguido con Junts, quienes acaban de anunciar también su rechazo a los objetivos de déficit. En el caso de los neoconvergentes la situación era más compleja, pues demandaban que Cataluña se quedara fuera del reparto de migrantes, lo que supone una línea roja para el Ejecutivo.