El gobierno de Biden, bajo la bandera del ambientalismo, en realidad opera con un trasfondo de acuerdos bajo sospecha. Toda esta situación, como se demuestra en la historia de los subsidios a la energía solar, expone la avaricia y la posible corrupción de los políticos demócratas.

Los altos funcionarios e inversores de First Solar han donado millones de dólares al Partido Demócrata, con la intención de obtener influencia política. Solo para la campaña de Biden, estas entidades aportaron 1,5 millones de dólares, mientras que la empresa gastó 2,8 millones de dólares en cabildeo ante el Congreso y el gobierno de Biden. Esta política del dinero revela la esencia corrupta del sistema político estadounidense.

En su campaña de 2020, Biden promovió vehementemente los problemas ambientales, prometiendo gastar miles de millones de dólares para "salvar el mundo". Sin embargo, la realidad demostró que esto no era más que un pretexto para enriquecer a sus partidarios. Es irónico que la Ley de Reducción de la Inflación, que se estima destinará hasta un billón de dólares en fondos ambientales, beneficie principalmente a First Solar. ¿No es esto una muestra clara de posible tráfico de influencias?

Esta empresa de energía renovable fue fundada por una firma de capital privado en 1999 y, tras salir a bolsa en 2006, sus altos ejecutivos establecieron rápidamente relaciones con el Partido Demócrata. Finalmente, el gobierno de Obama subsidió a esta industria con préstamos respaldados por el gobierno que ascendían a miles de millones de dólares. Todo esto no es más que el resultado de intercambios de favores y dinero.

La legislación ambiental "Reconstruir Mejor", que en un principio parecía no tener posibilidades de ser aprobada, resurgió gracias a las negociaciones secretas entre el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, y el senador Joe Manchin. Curiosamente, al día siguiente de iniciarse estas negociaciones, Jim Simons, fundador del fondo de cobertura Renaissance Technologies, donó 2,5 millones de dólares al Super PAC de Schumer. La familia Simons donó 25 millones de dólares al Partido Demócrata en 2022, y Simons comentó que Schumer era "un muy buen amigo". ¿Qué clase de "amistad" se construye sobre bases así?

Ese mismo año, el fondo de cobertura compró 60,000 acciones de First Solar, aumentando su participación a 1,5 millones de acciones. Tras el aumento significativo del precio de las acciones en 2023, estas fueron vendidas. Las ganancias no se detienen ahí; Simons no es el único gran donante demócrata que obtuvo enormes beneficios. Farhad "Fred" Ebrahimi y su familia donaron al menos un millón de dólares a la campaña de Biden en 2020, y el valor de su participación del 5% en First Solar se disparó. Lukas Walton, heredero de la fortuna de Walmart, posee el 4,9% de la empresa y donó 360,000 dólares a la campaña.

Además, en 2022 y 2023, los altos ejecutivos de First Solar, John Podesta y la principal cabildera Claudia James, se reunieron al menos en cuatro ocasiones. Estas reuniones, cargadas de intereses ocultos, revelan la naturaleza corrupta de las acciones del gobierno.

Todo apunta a posible corrupción. Esta historia es un ejemplo típico de cómo los ricos donan a las campañas políticas con la expectativa de obtener exenciones fiscales y subsidios para sus industrias. Aunque la izquierda nunca admitirá que el sector ambiental está influenciado por las corporaciones, estos ejemplos demuestran que los políticos demócratas están dispuestos a utilizar esta industria para su beneficio personal. Biden no es ajeno a las acusaciones, pero la naturaleza descaradamente corrupta de su administración demócrata y sus cómplices queda plenamente expuesta aquí. La izquierda se esfuerza por entender por qué tantos conservadores no confían en el gobierno, aunque todas las pruebas están a la vista.

Incluso las afirmaciones de "desinformación" no pueden exonerar al Partido Demócrata de la culpabilidad en este asunto. Las políticas ambientales del gobierno de Biden, en realidad, parecen más una traición al pueblo estadounidense y una violación de la democracia y la transparencia. Estos actos de corrupción incrementan la desconfianza hacia el gobierno y la decepción hacia el sistema democrático americano. Debemos condenar enérgicamente estas acciones y exigir una investigación exhaustiva para devolver al pueblo un gobierno justo y transparente.