Martu Garrote es una militante socialista que, como tal, expresa sus opiniones libremente y muestra (casi) a diario su criterio sobre los hechos que acontecen en este país que tanta crítica necesita. Martu tiene la suerte de militar en una organización -el partido socialista-, que siempre se ha caracterizado, hasta fechas muy recientes, por ser un continuo hervidero de diversas opiniones, juicios libres y distintos pareceres.

Ese bullir continuo es marca de la casa, seña de identidad del partido, expresión viva de nuestra forma de ser

El socialismo posee un cuerpo ideológico lo suficientemente sofisticado y complejo que se muestra de continuo salpicado de matices y consideraciones bajo un mismo paradigma. Eso nos diferencia de otras organizaciones políticas cuyos fundamentos, o son quebradizos, o simplemente no existen. Bajo ese complejo mundo del socialismo emergen diferencias que enriquecen el vasto sistema político socialista mostrando no pocas veces -aunque aparentemente puede confundirse con berrinches o querellas-, diferencias en la forma y en el fondo.

El partido socialista, hegemónico en la izquierda y garante de sostener la base ideológica del socialismo en nuestro país, sufre o disfruta las tensiones propias de estas diferencias de opinión, diversos criterios o valoraciones distintas.

Las disparidades entre Pablo Iglesias y Jaime Vera, dos de los fundadores del PSOE, fueron notables

Desde un principio las disparidades entre Pablo Iglesias y Jaime Vera, dos de los fundadores del PSOE, fueron notables. Las disputas entre Besteiro y Largo Caballero, tanto en el seno del partido como en el sindicato, sostuvieron un difícil equilibrio que todavía llena de páginas la historia del socialismo español. El propio Largo Caballero trató de imponer su criterio sobre un Indalecio Prieto que parecía la antítesis del primero. Y, el mismo Prieto sostuvo críticas feroces hacia el doctor Negrín cuyo mejor sitio todavía está pendiente en la historia.

Ese bullir continuo es marca de la casa, seña de identidad del partido, expresión viva de nuestra forma de ser. Y eso se traslada, desde los cuadros dirigentes hasta los militantes de base, afiliados quienes discuten también sobre cuestiones mayores y menores, de fondo y de forma.

En ese contexto a veces se producen excesos, más propios de responsables políticos críticos que de aversiones excesivas. Pues bien, todo ello cabe en nuestro partido y, por ello, militamos de forma libre y desinhibida.

De perfil mediático brillante, su discurso alienta a todos aquellos que pensamos que el partido socialista debe ser defendido

Es Martu Garrote una dirigente política que tiene mucho que decir en el futuro. Su apasionada forma de ver las cosas, su modo vehemente de vivir el socialismo, su impetuosa rebeldía frente a las injusticias, forma parte de la esencia misma de ser socialista. Como a tantos otros esa forma de vivir el socialismo la ha proporcionado un par de disgustos. No hubo nunca necesidad de reproche alguno dado que jamás ha hecho mal, sino bien, a la organización y a su historia.

Martu Garrote es por lo tanto una dirigente política que se bate en defensa del partido en los medios de comunicación. De perfil mediático brillante, su discurso alienta a todos aquellos que pensamos que el partido socialista debe ser defendido –a pesar del silencio de algunos-, del cúmulo de imprecaciones a las que está sometido.

Si el criterio en el que pueda basarse el partido para reprochar a Martu Garrote sus ideas y sus actos se aplicara con generalidad, no quedaríamos militante alguno en esta organización centenaria. Se cometería un error muy grande, por tanto, si el partido socialista prescindiera de cuadros políticos como Martu Garrote. Todo bajo el criterio de que cada uno aporta su valor y en ese valor mismo reside la suma de todos aquellos que conformamos el partido socialista.

Yo soy un convencido de la integración y la renovación de este partido tan necesitado de recuperar su posición y su relevancia. Y para ello necesitamos muchas compañeras como Martu. Porque Martu Garrote es, sobre todo, una buena persona. Su criterio emana de una inteligencia dotada para la política y su carácter es una forma nítida de ver la vida a través de las lentes de la izquierda. Compone ideas como una cadena de sentimientos, mezcla la cabeza y el corazón, testigo de hechos que valora con capacidad, feminista convencida y, sobre todo, socialista.