A falta de poco más de cuatro meses de elecciones autonómicas y municipales, PP y Vox están inmersos en una crisis ideológica que podría poner en peligro las relaciones futuras de la derecha. El aborto ha abierto un cisma entre la derecha liberal y la ultrareaccionaria y lo sucedido en Castilla y León es el ejemplo de ello.

Juan García-Gallardo, el novel cachorro de Vox, ha hecho una intentona de recortar el derecho de la mujer a interrumpir voluntariamente el embarazo, pero ha tenido ante sí una gran respuesta social y la tibieza del PP. A los días de respuestas contradictorias desde el Partido Popular, el portavoz del Comité de Campaña, Borja Sémper, trató de alejar posiciones con la ultraderecha y expresó que "no iban a tragar con cualquier cosa".  Finalmente, la efectividad de las medidas antiabortistas recaerá en manos de los médicos: “Los profesionales tienen formación y podrán aplicarlos en los casos clínicos que consideren y con el mejor de los conocimientos”, han aclarado desde el Gobierno de Castilla y León.

En una especie de demostración de quién manda aquí el presidente regional, Alfonso Fernández-Mañueco, ha tratado este viernes de desacreditar a Gallardo: “Usted escuchó ayer al portavoz del Gobierno. Es la máxima voz de Castilla y León. No hay más que decir. No hay debate. Lo que hay es una mentira, una manipulación, una sobreactuación, un engaño de Sánchez”, le ha espetado a través de los medios. 

Por su parte, el Gobierno de Pedro Sánchez ha dado por hecho que el de Mañueco ha aceptado el requerimiento lanzado al vislumbrar su intento de atentar contra la libertad de las castellanoleonesas: “El escrito de acatamiento formal ante los requerimientos efectuados por el Gobierno de España supone una rectificación oficial de la intención inicialmente manifestada por el gobierno de Castilla y León de proceder según lo anunciado el pasado 12 de enero y reiterado en días posteriores”, han expresado en una nota.

El cisma entre ambas formaciones también se puede ver a través de la figura de Federico Jiménez Losantos, quien ha cargado duramente contra Vox en los últimos días. Ha humillado a García Gallardo, ha mantenido una tensísima entrevista con Rocío Monasterio y ha llegado a amenazar con denunciar a Iván Espinosa de los Monteros. Un factor importante a tener en cuenta ya que el locutor de Es Radio tiene la capacidad de poder mover el voto del electorado conservador de un lado a otro.

Ante un año tan importante y con unas elecciones generales en menos de un año, las empresas demoscópicas continúan publicando datos sobre qué opciones tienen los partidos. Tras el análisis de los estudios emitidos durante las dos últimas semanas por Simple Lógica, Ágora Integral, Hamalgama, Invymark, CIS, Electomanía y ElPlural.com y elaborar un promedio de todos sus datos, llega una nueva edición de la madre de todas las encuestas. 

Intención de voto

Tal y como refleja el estudio demoscópico de ElPlural.comAlberto Núñez Feijóo mantiene en 2023 la ventaja electoral que le entregó en ventaja Juan Manuel Moreno Bonilla tras la mayoría absoluta obtenida en Andalucía. Su aplastante victoria cambió las tendencias y el PP nacional se aprovechó de ello. Del mismo modo que Casado se sirvió de Ayuso para mantenerse durante un corte espacio de tiempo como el candidato favorito de los españoles. De esta manera, en caso de celebrarse elecciones a día de hoy, el PP conseguiría el 30,8% de los votos, bajando ligeramente en la última semana.

En segundo lugar quedaría Pedro Sánchez, ya que el presidente del Gobierno se haría con el 26,5% de los votos, creciendo casi un punto en una semana marcada por la crisis del aborto. Mientras tanto, Vox descendería hasta el 14,4%. Por su parte, Yolanda Díaz, en caso de ser la candidata de Unidas Podemos, se haría con el 11% de los votos, Ciudadanos estaría en el 1,7% y Más País rondaría el 2%.