Ni en las calles de Colombia, ni en los despachos de la calle Génova. Los problemas para Ignacio González, según explica él en las grabaciones realizadas por la Guardia Civil en la Operación Lezo, tiene un origen más doméstico: Navalcarnero, un pequeño municipio a 30 kilómetros de Madrid. Ahí es donde él sitúa el inicio del montaje sobre la cuenta en Suiza que asegura no tener, como explica a sus allegados en privado. En concreto, en la construcción fallida del tren Móstoles-Navalcarnero y en la que OHL, la empresa de Juan Miguel Villar Mir “enterró” 150 millones de euros, además de una comisión de 1,4 millones.

El tren a Navalcarnero era una operación de 2007 de la Comunidad de Madrid para extender la red de Cercanías hasta esta localidad, cubriendo los 14 kilómetros que la separan de Móstoles. Se trata de uno de los mayores fiascos de la época Aguirre, -“esa locura de obras que hicimos”, llega a describirla González en las grabaciones- y la obra fue abandonada por OHL, tres años después, en 2010.

González cuenta tanto a Luis Vicente Moro como a Eduardo Zaplana que Villar Mir se llevó la adjudicación tras hacer “una oferta de locos” por “300 millones a riesgo y ventura”. Y en el camino, “alguien”, cuya identidad el expresidente madrileño dice desconocer, “le debió pedir pasta”. En concreto, la comisión de casi 1,5 millones de euros que se habría ingresado en una cuenta en Suiza. “Y este piensa que me la llevo yo”, asevera González.

Es con estos antecedentes, según González, con lo que Villar Mir acude a Álvaro Lapuerta, tesorero entonces del Partido Popular. Según el expresidente madrileño, Villar Mir “le daba dinero a Lapuerta, aparte pal partido” y le cuenta lo de la comisión de Navalcarnero. Y el tesorero ve la oportunidad de vengarse porque “éste siempre me odió porque yo nunca le dejé meter mano en Madrid”.

Ahí, según González, es donde nace la presunta conspiración montada “entre Mariano, Lapuerta y su puta madre”, de la que se siente víctima y detrás de la que sitúa al mismísimo Rajoy. Villar Mir, dice el expresidente madrileño, habría pagado a los espías que le siguieron hasta Colombia y cuyas grabaciones habrían servido para acusar a González de tener una cuenta en Suiza. Porque él asegura que en los vídeos difundidos, se le subtitula hablando de testaferros y datos de la cuenta, cuando no es eso lo que estaba diciendo en aquel momento.