Las urnas municipales dieron un resultado claro en la ciudad de Granada. El partido del hasta ese momento alcalde y candidato, Paco Cuenca, el PSOE, había ganado las elecciones obteniendo 10 concejales. El Partido Popular con su presidente provincial, Sebastián Pérez, como alcaldable, fue la segunda fuerza con 3 concejales por debajo de los socialistas al lograr 7 ediles. Lejos ya de los resultados del PSOE, Ciudadanos encabezado por el ex senador y ex socialista Luis Salvador ganaba 4 actas de concejales, Adelante Andalucía 3 y finalmente Vox también conseguía 3 concejales.

La victoria mora -y la numérica- la conseguía el PSOE que junto a los ediles de Adelante Andalucía se colocaba a un solo concejal de la mayoría absoluta. El entonces presumible centro derecha de Ciudadanos unido a la derecha (PP) y a los ultras de del partido de Abascal ostentaban la mayoría justa de 14 en el pleno.
Tras la resaca electoral Granada vivió unos días con niveles altísimos de rumorología política en relación a quien cogería finalmente la vara de mando. Iluso el cuerpo electoral pensaba que el alcalde volvería a ser el socialista Paco Cuenca por una parte porque había ganado claramente y por otra, porque eran pocos los que pensaban que Ciudadanos, liderada por el ex senador socialista Luis Salvador, daría la alcaldía al PP, segunda fuerza política, enfangándose en un pacto con Vox. Era difícil, sí, pero como el tiempo demostró, no imposible.

El presidente del PP, Sebastián Pérez, casadista de última hora, anhelaba desde siempre ser alcalde de su ciudad. Había sido presidente de la Diputación, senador y concejal del Ayuntamiento. En varias ocasiones, la penúltima tras la dimisión de su compañero alcalde José Torres Hurtado, por su detención e imputación en una presunta trama de corrupción urbanística había acariciado con las yemas de sus dedos la vara de mando. Ahora se le abría otra oportunidad uniendo a Ciudadanos y a Voz para que le respaldasen en la sesión de investidura. En clave político electoral y de asunción de resultados lo lógico era que gobernasen los socialistas. En cambio en clave ideológico derechista podría ser Sebastián Pérez el afortunado de sentarse en el sillón de la Plaza del Carmen granadina.

Estando así las quinielas en la ciudad de la Alhambra, llegó el día de la sesión de investidura y una extraña jugada dejó perplejos a los granadinos y a la propia Corporación que se constituía. El PP de Sebastián Pérez renunciaba a la alcaldía para regalársela a la tercera fuerza política, Ciudadanos. Los naranjas además pactaban con Vox su apoyo. Un escándalo político que todo el mundo imputó a los intereses del PP en otros lares. Es decir, el PP regaló Granada a cambio de otras plazas como Málaga y Granada y el gran damnificado fue su propio presidente provincial, Sebastián Pérez, al que desde ese momento además de humillarle, mandaban a la hoguera en plaza pública.

Otro elemento de perplejidad. Mientras Ciudadanos y Luis Salvador defendieron meses después que el pacto se había fraguado en Madrid con Teodoro García Egea y que especificaba que Luis Salvador sería alcalde hasta el final de mandato, Sebastián Pérez negaba esta afirmación manteniendo que el acuerdo era un 2x2, dos primeros años alcalde Salvados, los dos finales el propio Sebastián Pérez. El tiempo de nuevo le ha dado la razón a la formación, de momento de Inés Arrimadas, y Madrid ha dicho que sí, que Luis Salvador será alcalde los cuatro años, salvo sorpresa (más complejas se han visto).

Con todas esta ristra de mentiras, humillaciones y desautorizaciones sufridas en carne propia por el máximo dirigente del PP granadino y aspirante sempiterno a la alcaldía, no ha extrañado que este pasado jueves compareciera ante los medios de comunicación, sin convocatoria previa, en un receso de un pleno y por sorpresa, haya presentado su dimisión como presidente del PP de Granada. Sebastián en sus declaraciones ha dejado perlas malévolas tanto a la dirección nacional del PP como a la regional, atacando al número dos de Génova, Teodoro García Egea como al consejero de Presidencia de la Junta -vicepresidente en la práctica- y portavoz regional del partido, Elías Bendodo. Además ha desvelado como su situación política dentro del partido cambió a partir de la “traición” que obligó a regalar la alcaldía al tercer partido en número de votos.

Pérez ha dicho que cuando “uno no tiene ni el apoyo, ni el respaldo, ni el respeto de la dirección nacional ni de la dirección regional es muy difícil hacer política” y que como granadino no entiende porque “se vendió la ciudad de Granada”. Para el ya ex líder provincial la “dignidad es lo primero”.

Y ha dejado un recado que a algunos en Ciudadanos les está haciendo flaquear las piernas. Este aviso ha sido que aunque deja el cargo orgánico no piensa dimitir como concejal de la capital se lo pida quien se lo pida. A ello añadido un mensaje dualmente entendible en el sentido de que no “tira la toalla” aunque a continuación lance el dardo de que se va porque “no ve seriedad” en su partido, al que censura que “vendió”  Granada el día del pleno de investidura. En este asunto ha dado detalles que se desconocían de cómo se fraguó la traición a los granadinos y a él mismo: Me llamaron a las 10.10 para decirme que tienes que votar a este Luis Salvador para así sacar adelante Málaga y Murcia”. Por ello se siente “echado por su partido” porque él no se considera “un jarrón chino”.

Como gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Sebastián Pérez ha revelado que ha sido la votación de la propuesta del alcalde para presidir la comisión de grandes contratos del Ayuntamiento. Al obligar a cambiar el sentido de esta importante votación, Pérez ve de nuevo una la falta de “respeto y apoyo por parte de la dirección nacional y regional de mi partido” ya que se ha obligado a mis compañeros a adoptar una posición totalmente opuesta a la que defendemos. Nos obligan a defender a un partido que es la quinta fuerza política cuando el PP somos la primera fuerza política. Pérez ha revelado haber recibido presiones brutales” en las últimas horas del secretario general del PP, Teodoro García, y del PP andaluz señalando a Elías Bendodo. “Ambos tendrán que explicar el flaco servicio que le hacen a Pablo Casado y Juanma Moreno”.

Comisión de grandes contratos


Acusa a estos dirigentes de haber "obligado" a sus compañeros del Grupo Municipal del PP a "mantener una postura contraria sobre la presidencia de una nueva comisión para la revisión de los grandes contratos de la ciudad, que en principio iba a ser para Vox, pero que al finalmente ha sido para alcalde, Luis Salvador de Ciudadanos. “Así es muy difícil hacer política", se ha lamentado. En su despedida ha tenido palabras de agradecimiento para tres de los siete concejales de su grupo. De los tres no mencionados dice irónicamente que no le ha dado tiempo.

Morir matando


Todas las guerras traen sus trincheras. La elección de una de ellas depende de lo cerca que se quiera estar de la muerte, de la gloria o de la ignominia. Morir matando es algo que, en ocasiones, se produce cuando el poderoso pisa, humilla y traiciona al herido. Morir matando también se da en la política… y el cambio de trinchera también. A partir de ahora Sebastián Pérez tiene en su dedo un botón, un botón nuclear y una trinchera enfrente que con un solo voto determina el resultado de la guerra. En la bellísima Plaza del Carmen, donde se ubica el Ayuntamiento, algunos han comenzado a decir que “la foto finish del Consistorio será diferente a la del inicio”.