"El tiempo que tarde Franco en salir del Valle de los Caídos, es el que le queda de vida al que lo saque". De esta tan manera tan descara amenazaba Eduardo Moreno, autodenominado "portavoz" del grupo ultraderechista Movimiento por España, con asesinar a cualquiera que se atreva a exhumar al dictador. “Pasarán muchos desastres. Van a tener que poner crespones negros”, añadía.
Movimiento por España se trata de un reducto franquista a la que también pertenece Pilar Gutiérrez, hija de un exministro franquista y cara más visible de esta organización. Todos los que odian a Franco, odian a España. Hay gente nuestra que está dispuesta a hacerlo (asesinar), pero que no lo hacen. Normalmente lo dicen pero no lo hacen. No lo han hecho en 43 años años y motivos había [...] “No estoy convencida de que no lo hagan (asesinar). Vamos camino de otra guerra que es lo que llevan intentando 43 años. Y lógicamente nos defenderemos, igual que en el 36”, afirmaba a ElPlural.com Gutiérrez.
Presente en una exposición que la extrema derecha intentó acabar con bombas
Mucho antes de ser considerada como uno de los iconos de la extrema derecha, Gutiérrez ya era noticia por protagonizar sonadas polémicas y ser una de las cabezas más visibles en las manifestaciones de los sectores más conservadores de este país.
Hoy recordamos un episodio muy poco conocido que protagonizó esta mujer, junto a varias personas de la misma ideología. Retrocedemos en el tiempo hasta febrero de 2012. Madrid. el cineasta, artista y fotógrafo canadiense Bruce LaBruce estrena la exposición Obscenity, que mezcla modelos famosos con cierto tono erótico e imaginería católica. La actriz Rossy de Palma, la cantante Alaska y su marido Mario Vaquerizo, o el actor Pablo Rivero son algunos de los celebrities que se suman a esta exposición y deciden aparecer en las instantáneas de Labruce.
Como era fácil de prever, la extrema derecha rápidamente se indigna y decide organizarse para manifestarse en contra de esta exposición de arte. Sin embargo, no fueron capaces de mantener las formas y varios encapuchados acabaron rompiendo una de las ventanas de la sede para arrojar dentro tres cócteles molotov. Afortunadamente, los artefactos caseros no llegaron a explotar y no se tuvo que lamentar ningún herido.
Instantes después, la extrema derecha lejos de irse a casa por el bochorno que estaban causando, se manifestó a las puertas del recinto con pancartas a favor de la iglesia y de Dios, y en contra del colectivo LGTBI. La presión llegó hasta tal punto, que obligó al director de la galería, Israel Cortés, a cerrar. “Todo está lleno de policías y yo no quiero problemas”, dijo entonces Cortés a la prensa.
Al lugar se desplazaron varios medios de comunicación, Elplural.com entre ellos. Como es fácil de imaginar, los manifestantes no quisieron hacer declaraciones a nuestro medio. No obstante, no contentos con ello, incluso intentaron torpedear el trabajo de todos los periodistas que allí se encontraban.