Este lunes arranca una Sesión de Investidura marcada por la política de pactos emprendida por el PSOE. Si no hay cambio de última hora y las conversaciones siguen avanzando, el voto favorable de Unidas Podemos será definitivo y convertirá, de nuevo, a Pedro Sánchez en presidente del Gobierno. 

Sin embargo, y pese a los continuos portazos a buscar una alternativa en forma de abstención, a la derecha no le gusta la idea. Después de pedir al líder socialista que se entendiera con sus "socios naturales", ya calientan la Investidura y pelean por liderar la oposición. 

Ciudadanos: "Investidura dramática"

El diputado y portavoz adjunto de Ciudadanos (Cs) en el Congreso, Edmundo Bal, ha censurado las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos para lograr un acuerdo de investidura, porque "sólo juegan baile de las sillas" para "repartirse" los ministerios y sin avanzar a los españoles "ni una sola idea de su programa" para la Legislatura.

"El PSOE sigue con el culebrón del verano, realizando su teatrillo y 'performance' para un acuerdo de investidura con Unidas Podemos. Estamos a 24 horas de la sesión de investidura y todavía los españoles no conocemos ni una sola idea del programa de este gobierno de cooperación o de coalición, o como quieran llamarlo, van a poner en marcha", ha subrayado este domingo el diputado de la formación naranja en declaraciones a los medios en la sede de Cs.

A su juicio, si ambas formaciones alcanzan finalmente un acuerdo, "ese Gobierno será malo para España" y ha coincidido con el presidente del PP, Pablo Casado, en que la investidura puede ser "dramática".

"Un Gobierno de subida de impuestos, demagogia y populismo no es lo que queremos para España", ha subrayado Bal, que ha insistido en que después de los acuerdos del PSOE con otras formaciones políticas --Podemos o Bildu, entre otras--, en varias comunidades autónomas, "en el Congreso se verá quiénes son los amigos de Sánchez".

PP: "Lo más importante para Sänchez es Sánchez"

Maroto ha anunciado que el Partido Popular explicará la España "que quiere" y ha considerado que se producirá "un contraste" y se podrá ver que "solo hay dos modelos".

"El de la España cogida con alfileres que quiere malvender Pedro Sánchez para seguir mandando él, y la España moderna y unida que quiere el PP", ha sostenido, para añadir que la formación popular "sí quiere respetar las leyes, todas y cada una de ellas, entre ellas, la Constitución que hay que defenderla toda ella, sin excepciones".

"La unidad territorial de nuestro país estará sometida a cuestión en el debate de investidura. 500 años de historia y la unidad de nuestro país va a estar sometida al debate porque Sánchez necesita apoyarse en aquellos que no creen en la unidad de nuestro país", ha denunciado.

También ha considerado que en el debate de investidura se contrastará "la buena gestión" del PP con la del PSOE y también se hablará de "empleo, justicia, de dignidad de las victimas del terrorismo, de menos impuestos y de igualdad de oportunidades".

Por todo ello, ha insistido en que lo que está en juego son dos modelos: "La España de Sánchez, en la que lo mas importante para Sánchez es Sánchez, y la otra España, la que tiene todas las oportunidades por delante".

Vox: "Totalitarismo sectario"

Para el líder de Vox, Santiago Abascal, este lunes será su estreno en la tribuna de oradores del Congreso y aprovechará la oportunidad para remarcar su rechazo a Sánchez y a sus posibles socios de gobierno --"populistas, golpistas y totalitarios"-- y para repasar las principales líneas políticas de su formación.

Fuentes del partido han explicado a Europa Press que Abascal lleva días preparando el debate de investidura con su equipo más cercano, del que forman parte Javier Ortega-Smith e Iván Espinosa de los Monteros, entre otros, y alertará de que España se encuentra en una situación de "emergencia nacional" que hace necesario "restaurar el orden constitucional en Cataluña"y "frenar el avance de las fuerzas separatistas".

También pondrá el foco en otros de los tradicionales mensajes de Vox, como la crisis demográfica, la situación económica, el "tamaño desorbitado" del Estado o la situación de las clases medias y más desfavorecidas, además de denunciar el "totalitarismo sectario" de la izquierda.