El estado de Texas (EE.UU) cuenta desde el miércoles con una ley que prohíbe el aborto a partir de las seis semanas de gestación, que ni siquiera contempla excepciones en casos de incesto o violación. El presidente Joe Biden ha considerado que la norma "viola flagrantemente el derecho constitucional" y ha prometido que defenderá el derecho a decidir. Los centros de atención para servicios de aborto se convirtieron en líneas de ayuda atestadas de mujeres llorando, en medio de una gran confusión, según The New York Times.

“La ley de Texas perjudicará significativamente el acceso de las mujeres a la salud, particularmente en las comunidades de color y pobres”, ha dicho el presidente demócrata a través de un comunicado, en el que se añade que "de forma atroz, delega a los ciudadanos la responsabilidad de denunciar a quienes crean que han auxiliado a otra persona a abortar, lo que puede incluir familiares, trabajadores de salud, secretarias o empleados en las clínicas o extraños sin relación al individuo”.

El silencio del Tribunal Supremo 

La polémica ley, aprobada en mayo pasado por la mayoría republicana en las cámaras locales, y sobre la que ha declinado pronunciarse el Tribunal Supremo de Estados Unidos, limita el papel de las autoridades en la vigilancia de su cumplimiento, pero, permite a “cualquier persona” demandar a mujeres, médicos o a quien auxilie en la interrupción de un embarazo. Texas Right to Life, la organización ultraconservadora más grande de Texas, ha celebrado la aprobación de la norma y ha lanzado una página web que permite a cualquier persona señalar de forma anónima a quien se cree ha estado vinculado con un aborto.

El Tribunal Supremo, de mayoría republicana, vuelve a dar un varapalo a leyes progresistas impulsadas por la Administración demócrata después de que revivir el programa de la era de Donald Trump que obliga a los solicitantes de asilo a esperar su proceso en México y a permitir nuevamente los desalojos en las comunidades afectadas por la pandemia. En cuanto a la ley del aborto, los jueces aún pueden aceptar demandas de grupos de derechos humanos. La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), Planned Parenthood y el Centro de Derechos Reproductivos han emprendido una lucha legal para derribar la norma.

Los responsables de las clínicas de control de natalidad en Texas han advertido de que la nueva norma afectará al 85% de los abortos que se hacen en el estado y que muchas mujeres no saben aún que están embarazadas a las seis semanas de gestación. Uno de los puntos más polémicos de la ley hace referencia al "latido fetal", según el cual “un médico no puede inducir un aborto en una mujer embarazada, si detectó el latido fetal de un menor”.

Campaña en TikTok contra la ley

Alexis McGill, la directora nacional de Planned Parenthood, que calificó la norma de "ridícula", afirmó que sus clínicas en el Estado continuaban abiertas para “ayudar a los tejanos a navegar esta peligrosa ley”. Sin embargo, la directora del Whole Woman’s Health, señaló que comenzaron a mandar de vuelta a casa a muchas mujeres que buscaban interrumpir su embrazo por el miedo a las denuncias y las demandas civiles.

Usarios de TikTok y Reddit a favor del derecho a decidir de las mujeres han lanzado una campaña para frustrar la extrema ley de aborto de Texas, inundando con informes falsos, memes de Shrek y pornografía un sitio web de consejos en línea que alienta a las personas a denunciar a los infractores de la norma, según The Guardian.