El Tribunal Supremo de Brasil ha ordenado este viernes al expresidente Jair Bolsonaro llevar una tobillera, permanecer en casa durante la mayor parte del día y alejarse de las embajadas extranjeras, una señal de que el tribunal cree que es susceptible de huir del país antes del juicio por acusaciones de que planeó un golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022.

La policía federal brasileña ha registrado la residencia y el domicilio de Bolsonaro este viernes por la mañana, cumpliendo con las órdenes del Tribunal Supremo. Los medios de comunicación brasileños han mostrado al expresidente llegando a un centro gubernamental este viernes para que se le colocara la tobillera con la que se podrá controlar su localización. El abogado de Bolsonaro, Paulo Cunha Bueno, confirmó que el tribunal ordenó al expresidente usar la tobillera y le prohibió el acceso a las redes sociales o comunicarse con su hijo. Eduardo Bolsonaro, que ha estado en Washington presionando a la administración de Donald Trump para que intervenga en le caso de su padre.

“El equipo de la defensa del expresidente Jair Bolsonaro se mostró sorprendido e indignado por la imposición de severas medidas cautelares en su contra, a pesar de haber cumplido con las órdenes judiciales hasta la fecha”, han señalado sus abogados en un comunicado. Esta orden supone una fuerte escalada de la repentina disputa de las autoridades brasileñas con el presidente Trump sobre el caso de Bolsonaro.

El jueves por la noche, Trump publicó en las redes sociales una carta dirigida a Bolsonaro en la que afirmaba que la causa penal contra el expresidente era una persecución política. Además, añadía que sus aranceles del 50% sobre las importaciones brasileñas eran para presionar a las autoridades del país sudamericano a retirar los cargos.

El expresidente brasileño ha asegurado ante la prensa después de que le colocaran la tobillera que “la sospecha de fuga es una exageración, soy un expresidente de la República, tengo 70 años. Suprema humillación”. Quiso añadir que nunca pensó salir del país o refugiarse en una embajada, aunque sí aludió a una serie de reuniones que tenía previstas para la semana que viene con diferentes embajadores.  En 2024, la policía ya confisco el pasaporte de Bolsonaro, limitando mucho sus movimientos. Ahora, con la implantación de la tobillera, el expresidente estará vigilado las 24 horas del día. Se le permite la libre circulación, aunque deberá pasar un periodo de 12 horas diarias (de 19 a 7 horas) en su residencia.

La decisión del juez Alexandre de Moraes de establecer medidas cautelares destaca que las conductas del político brasileño y de su hijo Eduardo son “flagrantes confesiones de la práctica de actos delictivos”. Añade que, en su opinión, Bolsonaro a extorsionado a las instituciones brasileñas de forma “descarada”, incluso llegando afirmar este jueves que los aranceles de Washington están condicionados a su propia amnistía. Bolsonaro ha llegado a admitir que ha enviado dos millones de reales (algo más de 360.000 dólares) a su hijo en Estados Unidos, algo que los juristas brasileños consideran como una prueba de que el político ultraderechista ha financiado una campaña contra la soberanía de Brasil. Esta teoría suma apoyos después de que la diputada Carla Zambelli, cercana a Bolsonaro, escapase a Italia hace pocas semanas después de ser condenada a 10 años de prisión.  Durante el registro de su domicilio, la policía ha confirmado haber encontrado 14.000 dólares y 8.000 reales en efectivo junto a un pendrive que está siendo analizado escondidos en el baño.

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