El Ministerio de Exteriores de Rusia ha asegurado este domingo que el presidente sirio, Bashar al Assad, ha abandonado el país y ordenado una transferencia "pacífica" del poder tras la caída de la capital, Damasco, a manos de las fuerzas rebeldes.
"Como resultado de las negociaciones entre Bashar al Assad y varios participantes en el conflicto armado en el territorio de la República Árabe Siria, ha decidido dejar el cargo presidencial y abandonar el país, dando instrucciones para llevar a cabo la transferencia de poder pacíficamente", ha señalado en un comunicado.
El Kremlin, no obstante, ha afirmado que no ha participado en estas conversaciones, según ha recogido la agencia de noticias TASS.
Las fuerzas rebeldes de Siria, encabezadas por el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS) y sus facciones aliadas, han anunciado la caída de la capital del país, Damasco, tras una ofensiva relámpago de cerca de una semana que ha provocado el colapso del régimen de Al Assad, en el poder desde hace casi 24 años.
Turquía pide una transición ordenada
Por su parte, el ministro de Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, también ha pedido una transición "ordenada" en Siria. "La nueva administración debe establecerse de manera ordenada. El principio de inclusión nunca debe verse comprometido. No debe haber deseo de venganza. Es hora de unir y reconstruir el país", ha subrayado, instando así a todos los actores en la región a la calma.
En este sentido, ha asegurado que harán todo lo posible para que organizaciones terroristas como Estado Islámico o el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) -al que Ankara considera un grupo terrorista- "no se aprovechen de la situación".
"Turquía tomará todas las medidas necesarias para luchar contra el terrorismo. Todas las minorías, cristianos, kurdos y no musulmanes, deben recibir un trato justo. Todas las armas y armas químicas deben ser controladas", ha sentenciado.
Asimismo, Fidan ha resaltado que es fundamental "garantizar un periodo de transición sólido, sin violaciones contra la población civil", así como que cuente con servicios fundamentales y con estructuras para "contrarrestar amenazas".
Fidan ha asegurado, además, que el Gobierno de Bashar al Assad "debería haber aprovechado" la ofensiva rebelde para "reconciliarse con su propio pueblo". "Cuando todos los intentos fracasaron, el presidente (de Turquía, Recep Tayyip) Erdogan extendió su mano al régimen e hizo un llamamiento a la unidad nacional, si bien esto fue rechazado", ha dicho.
Los rebeldes lanzan un ataque en el norte de Siria
El Ejército Nacional sirio, respaldado por Turquía y que participa en la ofensiva rebelde contra el Gobierno de Damasco, ha lanzado este domingo un ataque contra las milicias predominantemente kurdas de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) en la ciudad de Manbij (norte).
Las FDS, encabezadas por la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG), han denunciado que desde la víspera un total de 20 comunidades en la línea de combate de Manbij han sido atacadas por los rebeldes sirios afines a Ankara.
Las zonas atacadas durante las últimas dos jornadas se encuentran a lo largo de una de las rutas principales que atraviesa el norte del país a través del río Éufrates y desde allí a la Rojava siria, la zona del país bajo administración kurda en el noreste.
Por otro lado, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres e informantes en el país, ha indicado en un comunicado que las fuerzas turcas han bombardeado posiciones controladas por las FDS en Hasaka, en el noreste de Siria.
El comandante de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), Mazlum Abdi, se mostró abierto el viernes a un proceso de diálogo con Turquía y el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS) ante el avance de los insurgentes frente a las tropas gubernamentales.
La ofensiva contra el régimen de Bashar al Assad, que en realidad son dos combinadas -'Disuadir la Agresión, lanzada por el grupo yihadista HTS y 'Amanecer de Libertad', encabezada por rebeldes sirios- es la primera a gran escala desde que los presidentes de Turquía y Rusia, Recep Tayyip Erdogan y Vladimir Putin, respectivamente, pactaran en 2020 un alto el fuego.
Ankara considera a las YPG -vinculadas al Partido de la Unión Democrática (PYD)- como un grupo cercano al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al que cataloga de organización terrorista. Las FDS están respaldadas por Estados Unidos.