Moldavia celebró recientemente elecciones presidenciales y un referéndum clave para su futuro en la Unión Europea, eventos que han sido ensombrecidos por acusaciones de injerencia rusa y uso indebido de fondos públicos. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha reconocido la buena gestión del proceso electoral, aunque ha lamentado que la campaña no propició un ambiente de igualdad entre los candidatos.
Los observadores de la OSCE han descrito la campaña electoral como competitiva pero poco visible, señalando que no se proporcionó una igualdad de oportunidades plena. Además, han denunciado una cobertura mediática que favoreció a la presidenta en funciones, Maia Sandu, y a su gobierno, lo que podría haber influido en la opinión pública durante un periodo tan crítico.
Lucie Potuckova, coordinadora especial de la OSCE, ha aplaudido las reformas implementadas en Moldavia para incrementar la confianza en el sistema electoral, especialmente en un contexto de fuerte propaganda proveniente de Rusia. Sin embargo, ha mencionado que el solapamiento entre la inscripción de candidatos y la campaña creó condiciones desiguales, un aspecto que esperan ver mejorado en futuras elecciones.