El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se ha desplazado este lunes a la base militar de Binyamina, escenario de un devastador ataque perpetrado por Hezbolá. Este incidente, ocurrido recientemente, se saldó con la vida de cuatro militares y dejó cerca de 60 heridos. Desde allí, Netanyahu ha transmitido un mensaje firme y claro, reconociendo que Israel está pagando un "alto precio" en el conflicto regional actual. "Estamos librando una dura campaña contra el malvado régimen de Irán, que quiere acabar con nosotros. No lo conseguirán, seguimos luchando. Estamos pagando altos precios, pero tenemos grandes logros y seguiremos consiguiéndolos", ha declarado el mandatario en una declaración de vídeo publicada en sus redes sociales.

El primer ministro ha aprovechado la ocasión para reiterar que las fuerzas armadas continuarán su ofensiva "sin piedad contra Hezbolá en todo Líbano, y también en Beirut", despejando así las especulaciones sobre una posible reducción de los bombardeos en la capital libanesa. Netanyahu justificó los ataques, que en el último año han causado 2.300 muertes, como ajustados a "consideraciones operativas".

Hezbolá, por su parte, admitió su responsabilidad en el ataque, indicando que fue una respuesta a "los ataques y masacres" realizados por el ejército israelí. La milicia libanesa advirtió que esto es solo "una pequeña parte de lo que le espera" a Israel si decide continuar con su agresión.

Israel promete continuar su ofensiva

Este enfrentamiento es parte de una escalada de tensiones que comenzó hace más de un año, cuando Hezbolá lanzó proyectiles hacia Israel en solidaridad con Palestina, tras un ataque de Hamás. Israel respondió con una ofensiva que ha dejado un saldo de más de 42.300 muertos en la Franja de Gaza y cerca de 750 en Cisjordania y Jerusalén Este.

El pasado 1 de octubre, el Ejército israelí inició una nueva invasión de Líbano, descrita como una operación "selectiva y limitada" contra "objetivos terroristas e infraestructuras" de Hezbolá. Esta ofensiva se produjo tras dos semanas de intensificados ataques y se ha desarrollado en paralelo con un aumento de los bombardeos sobre Beirut y otras áreas del país.