El expresidente de Uruguay Pepe Mujica ha fallecido este martes a los 89 años de edad. Mujica, uno de los principales referentes de la izquierda latinoamericana en las últimas décadas, había anunciado en una entrevista el pasado mes de enero que el cáncer que le fue descubierto en el esófago se le había extendido al hígado y que no iba a recibir un nuevo tratamiento. “Me estoy muriendo y el guerrero tiene derecho a su descanso”, dijo entonces. Fue este lunes cuando se anunció que Mujica estaba recibiendo cuidados paliativos para afrontar la última fase de la enfermedad.

Nacido el 20 de mayo de 1935 en Montevideo, Mujica creció en un hogar humilde que influiría profundamente en su visión del mundo. En los años 60, se unió al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, un grupo guerrillero que desafió las estructuras de poder en Uruguay. Su lucha lo llevó a enfrentar la represión de la dictadura militar, encarcelado durante 13 años, gran parte de ellos en condiciones infrahumanas. Lejos de quebrarlo, esos años moldearon su carácter y reforzaron su compromiso con los ideales de igualdad y libertad. En democracia, Mujica dejó las armas para abrazar la política como un camino de transformación social. En 2010, alcanzó la presidencia de Uruguay como representante del Frente Amplio, una coalición de izquierda que gobernó el país por 15 años.

Como presidente (2010-2015), Mujica rompió con los moldes tradicionales del poder. Rechazó el lujo del Palacio Presidencial para continuar viviendo en su modesta chacra, donó gran parte de su salario a proyectos sociales y mantuvo un estilo de vida austero que se volvió un mensaje en sí mismo. “No soy pobre, soy sobrio. Vivo con poco para que otros puedan vivir mejor”, decía.

Crítica a las desigualdades

La proyección internacional de Mujica se debe, en gran parte, a su postura crítica hacia las desigualdades del mundo contemporáneo. En diversas cumbres climáticas organizadas por Naciones Unidas, denunció la injusticia del consumismo: “¿Qué pasaría si los indios tuvieran el mismo número de coches por familia que en Alemania? ¿Cuánto oxígeno quedaría?”, declaró en una intervención. Además, cuestionó la eficacia y el elevado costo de estas reuniones, instando a los delegados a buscar soluciones más prácticas.

Una gran parte de su popularidad viene a raíz de su imagen. El hecho de que vivía en una casa pequeña, no le importaba su apariencia, crecía flores y le importaba poco las cosas materiales, hizo que las personas le admirasen. En una entrevista en 2013 con El País, Mujica explicó que se presentaba así porque quería demostrar su compromiso con la sociedad y porque no le gustaban los gestos de grandeza; para él, no son símbolo de la calidad del líder. “Cuando salí de eso [prisión], me di cuenta de que, para vivir medianamente feliz, no se precisa de tanto cacharro y tanta cosa como nos complicamos la vida. Pero en medio de la sociedad de consumo, no puedo pretender que la gente entienda eso”, contó.

En otra conversación con The Guardian, subrayó la importancia de la humanidad y la empatía: “Aquellos que están sexualmente indecisos tienen un problema muy real si son pobres; si son ricos, se toleran. Suena crudo, pero así lo veo”. Mujica también destacó la desigualdad de género, señalando que las mujeres más discriminadas son las pobres: “Hay mujeres que acaban abandonadas con muchos hijos. Para mí, esa es una de las batallas más importantes para la igualdad”. Gran parte del 90% de su salario que donaba se destinaba a madres solteras.

Mensajes de líderes sudamericanos

Desde que se hizo público el agravamiento de su estado de salud, desde la distancia, los líderes sudamericanos que bebieron ideológicamente de figuras como Fidel Castro, Hugo Chávez o Salvador Allende, han querido mandar sus mensajes de apoyo al uruguayo. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, le recordó en un discurso pronunciado días atrás, recuperando su propuesta de cambiar el nombre de América del Sur por "Amazonia".

“Querido Pepe, en estos momentos difíciles quiero enviarte mi más profundo sentimiento de apoyo y cariño. Tu legado de lucha y compromiso con la justicia social permanece como un faro de luz en la Patria Grande”, ha compartido el presidente de Bolivia, Luis Alberto Arce, en sus redes sociales. El mandatario boliviano también se ha acordado de la “hermana Lucía Topolansky”, a la que ha enviado su “más sincera solidaridad y fortaleza en este tiempo difícil”. “La unión que han compartido a lo largo de los años es un verdadero testimonio de amor y un ejemplo para todos nosotros”, ha expuesto. “Estamos con ustedes en pensamiento y espíritu”, ha cerrado.

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