En Cuba, donde la música es más poderosa que la consigna, miles de jóvenes han salido a las calles, con el ritmo de la canción Patria y Vida en sus cabezas. Son la generación de los móviles y las redes sociales, un arma poderosa con la que plantar cara, incluso, a un régimen como el castrista, que ha sabido mantenerse durante 62 largos años.

Estos jóvenes ya no son aquellos del “habla bajito para que no te oigan” los CDR de cada calle (Comités de Defensa de la Revolución) o las Brigadas de Respuesta Rápida (en cada centro de trabajo) que combaten a palos a los disidentes. No han estado horas y horas bajo el sol en los interminables discursos de Fidel Castro en la Plaza de la Revolución, en los multitudinarios conciertos de Silvio Rodríguez o la guerra de Angola o Nicaragua. Ellos sólo quieren vivir y no tener una muerte en vida, como la de sus padres y sus abuelos.

Del patria o muerte al patria y vida

En febrero, un rap salsero se impuso en las redes sociales, Patria y Vida’, interpretada por Gente de Zona y otros cantantes cubanos menos conocidos, como Yotuel y El Funky. El título no fue elegido al azar, se trataba de una reminiscencia de “patria o muerte”, la frase con la que Fidel Castro y luego su hermano Raúl terminaban cada uno de sus discursos.

La mayoría de los artistas que intervienen en la canción son jóvenes, que han sabido recoger el sentir de su generación. Una protesta cantada con rabioso ritmo, triste y esperanzadora a la vez, que hace pensar que ahora sí un cambio podrá ser posible. No inmediato. Pero sí, posible.

Las movilizaciones de 1994

Los cubanos no salían en masa, como ahora, desde el lejano 1994, en medio de lo que se denominó el período especial, después del derrumbe del bloque comunista y el fin del protectorado soviético. Fidel Castro sacó los tanques del Ejército a las calles para reprimir a los manifestantes y el pueblo tuvo miedo.

En aquellas fechas otra canción sonaba en los balcones de la isla, Nuestro día ya viene llegando’, de Willy Chirino, pero los cubanos siguieron mostrando su rechazo al régimen tirándose al mar en balsas caseras con las que pretendían llegar a las costas de Florida. Algunos sueños se hicieron realidad y otros quedaron sepultados bajo el Mar Caribe.

Tendrían que pasar aún 27 años para que los cubanos se echaran a la calle, en masa, otra vez. Primero en dos pueblos, uno en las afueras de La Habana, San Antonio de los Baños, donde se ubica la famosa Escuela Internacional de Cine que fundó Gabriel García Márquez, y en Palma Soriano, en Santiago de Cuba. Ésta última tiene una connotación especial, ya que es la provincia donde nacieron los hermanos Castro y, también, buena parte de los policías desplegados por el régimen en La Habana.

Díaz-Canel llamó a la guerra civil

De manera espontánea, en las redes sociales se fueron difundiendo vídeos de las manifestaciones que siguieron luego en el centro de la capital, frente al emblemático Capitolio, y los pueblos circundantes de Alquízar, o Güira de Melena,  y las capitales provinciales de Camagüey, Matanzas, Ciego de Ávila.

El heredero de los Castro, Miguel Díaz-Canel salió en la Televisión Cubana, la única cadena en el país, para llamar abiertamente a la guerra civil: "La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios", afirmó.

Durante la noche cubana, el presidente desplegó las Fuerzas Armadas por las calles de la capital. Algunos vídeos difundidos en las redes han mostrado estos movimientos y, también, acciones en las que se han producido disparos y detenciones. También movilizó a agentes de la Seguridad del Estado vestidos de paisanos para hacerse pasar por simples ciudadanos que lanzan proclamas a favor del Gobierno y agreden a los disidentes. Una vieja práctica del régimen que siempre le ha dado muy buenos resultados y le libera de una imagen represora de cara al exterior.

La isla de las jineteras y jineteros, del ron de azúcar y el destino soñado de turistas e inversores de todo el mundo nunca vivió la perestroika de Gorvachov, a diferencia de Polonia, Checoslovaquia, Rumanía, la RDA de Merkel, entre otros países del bloque soviético. 

La perestroika llegó a su gente en papel, la de Cuba a través de las redes sociales, desde ciberdisidentes reconocidos como Yoani Sánchez hasta los jóvenes que este domingo han llamado desde Twitter, Facebook o TikTok a manifestarse y han mostrado con sus móviles al mundo lo que ocurre en las calles de Cuba.