Los líderes del G7, foro político intergubernamental conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, han anunciado hoy su intención de imponer nuevas sanciones con el objetivo de debilitar el poderío militar de Rusia y cerrar los vacíos legales que han permitido a individuos y entidades rusas evadir las sanciones internacionales.

El grupo de los países democráticos más industrializados del planeta se ha dado cita en la jornada de este viernes en Hiroshima, Japón, siendo representados por el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; el canciller alemán, Olaf Scholz; el primer ministro británico, Rishi Sunak; el presidente de EEUU, Joe Biden; el presidente francés, Emmanuel Macron; primer ministro de Japón, Fumio Kishida; que han tratado diversos temas junto a Charles Michel, presidente del Consejo Europeo y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Esta cumbre iniciada este viernes tendrá lugar hasta el domingo 21 de mayo.

Según el comunicado emitido por el Grupo de los Siete, al inicio de la cumbre, se intensificarán las acciones destinadas a restringir a nivel mundial las exportaciones de artículos esenciales utilizados por Rusia en su guerra de agresión, incluyendo aquellos empleados en el campo de batalla, poniendo así en jaque la maquinaria bélica del Kremlin. Se prestará especial atención a los sectores vinculados directamente con la industria armamentística, como la producción, construcción, transporte y servicios comerciales. Además, se enfocarán en aquellas entidades que transportan material al frente de Ucrania y han logrado evadir las sanciones vigentes.

Los líderes del G7 también hacen un llamado a terceros para que dejen de apoyar materialmente la agresión rusa de inmediato, advirtiendo que enfrentarán graves consecuencias en caso contrario. Precisamente, respecto a los terceros en cuestión, durante la cumbre se han palpado las referencias directas a China y a la preocupación de los países industrializados con la excesiva dependencia hacia el gigante asiático en sectores estratégicos, un hecho que puede afectar a las inversiones relacionadas con Pekín.

Asimismo, el comunicado, publicado en la página web de la Casa Blanca, menciona que “se están tomando medidas para reducir aún más las oportunidades que Rusia tiene de evadir las sanciones financieras, incluyendo la restricción del uso de sucursales de bancos rusos en otros países para evitar las sanciones”. Los líderes mundiales también señalan su compromiso de continuar adoptando medidas contra el sector financiero ruso, al tiempo que se coordinan para mantener los canales financieros necesarios para transacciones esenciales. De igual forma, se buscará reducir la capacidad financiera de Rusia destinada a financiar su agresión ilegal, limitando sus ingresos energéticos y sus futuras capacidades extractivas.

Aspecto nuclear y equilibrio geopolítico

Otro de los ámbitos a tratar ha sido el nuclear, pues los jefes de Estado y de Gobierno del G7 han señalado que "una guerra nuclear no se puede ganar, ni se debe librar", dirigiéndose de forma expresa a Moscú para que cumpla los compromisos suscritos y reprochando su "irresponsable" retórica belicista. En este aspecto también se han realizado alusiones a China, país al que acusan de incrementar sin transparencia su acumulación de arsenal nuclear y al que emplazan a acudir a foros multilaterales centrados en temas de desarme, al tiempo que menciona a Corea del Norte, para reafirmar el apoyo a las sanciones mientras el régimen de Kim Jong Un persista en su actual carrera industrial y armamentística.

Los gobiernos del G7 también han mostrado su preocupación por el programa atómico en Irán, que "no tiene una justificación creíble para su uso civil" y han reiterado su “clara determinación de que Irán no debe desarrollar nunca un arma nuclear", antes de pedir la aplicación de la resolución de la ONU que abre la puerta a sanciones.

Por otro lado, el comunicado refleja la idea de lograr una "paz completa, justa y duradera", en concreto, el G7 considera que no se puede lograr una paz justa sin la "retirada completa e incondicional" de las tropas rusas. No obstante, el grupo ha evitado señalar de forma específica a la recuperación por parte de Ucrania de territorios ocupados por Rusia como la península de Crimea, que Moscú se anexionó en 2014, siendo este uno de los puntos más delicados en la cuestión.

Por su parte, durante el inicio de la cumbre del G7, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski se encontraba en Arabia Saudí, participando en una cumbre de la Liga Árabe, una agrupación que incluye a aproximadamente veinte naciones y que posee una significativa cantidad de votos en las Naciones Unidas. Su gira, al igual que las invitaciones extendidas por la presidencia japonesa del Grupo de los Siete, tiene un propósito marcado: conseguir que los Estados pertenecientes al conjunto de países no alineados se acerquen a la postura occidental que rechaza abiertamente la guerra en Ucrania. Así, algunos países no alineados y que representan a importantes economías han sido invitados a la cumbre de los Siete, es el caso de la India, Brasil e Indonesia. Además, se ha sabido que Zelenski tiene previsto acudir en persona a la cumbre, un dato que no había conocido hasta que arrancó la cita geopolítica.