Estados Unidos ha interceptado un buque petrolero, previamente sancionado por Washington, en las costas de Venezuela y ha interceptado su carga, según ha avanzado Reuters y han confirmado otros medios estadounidenses. Es el segundo barco que corre este destino en apenas diez días, tras una intervención similar el 10 de diciembre.

El presidente Donald Trump ya anunció esta semana un "bloqueo total y completo" para todos los petroleros sancionados que hagan operaciones en el país dirigido por Nicolás Maduro. Una medida con la que el dirigente ultraconservador dejó claras sus intenciones para con el crudo venezolano en unas operaciones que se venían justificando únicamente como una guerra como el narcotráfico. Los funcionarios estadounidenses citados anónimamente por Reuters no han dado ni el nombre de la embarcación ni la zona exacta, pero sí han confirmado que la Guardia Costera estaba al mando. En la primera operación, la del día 10, Estados Unidos apresó Skipper, un petrolero venezolano sancionado, y desde entonces existe un embargo un embargo de facto sobre el comercio de Caracas.

Trump ha amenazado con el bloqueo total, pero los barcos con crudo han seguido saliendo de Venezuela, algunos de ellos escoltados por barcos militares, para abastecer a sus clientes. Se conoce que al menos tres superpetroleros zarparon los últimos días. Por su parte, el Gobierno de Nicolás Maduro ha reivindicado que piensa mantener sus compromisos de despachar unos 700 barriles diarios a China, su principal comprador. Una promesa que va aparejada a la caída radical que han experimentado las exportaciones de crudo venezolano tras el bloqueo y tras la interceptación de Skipper, que viajaba con 2 millones de barriles a bordo y con bandera de Guyana. La crisis, además, ya se nota en los precios del barril.

Seis años de sanciones al crudo venezolano

Las sanciones al petróleo venezolano, no obstante, no son nuevas. Fue en 2019 cuando Washington impuso sus primeras penalizaciones sobre Caracas, lo que provocó el salto del país sudamericano al mercado negro de crudo, donde imperan las operaciones con pocas garantías y la obligación de ofrecer grandes descuentos, agudizados todavía más con el aumento de la oferta de crudo sancionado por las restricciones impuestas a los barriles rusos e iraníes. Todo ello se traduce en que el 40% de los buques que llegan a puertos venezolanos están sancionados y operan con falsas banderas y sus señales marítimas apagadas para no ser detectados. Con este telón de fondo, más de 75 embarcaciones venezolanas han sido sancionadas por Estados Unidos en los últimos años.

Esta misma semana, el Departamento del Tesoro incluyó en su lista 29 petroleros de bandera iraní, aliado del país bolivariano en materia energética. Estados Unidos, por otra parte, se reserva algunas maniobras para su propio beneficio, como la actividad de la petrolera estadounidense Chevron, que sigue moviendo petróleo con sus propios buques autorizados desde puertos venezolanos. Trump, en otra escalada más de su beligerante discurso en política exterior, acusa al chavismo de "robar" el petróleo de Estados Unidos y responsabiliza al chavismo de la expropiación de empresas petroleras estadounidenses, especialmente durante el Gobierno de Hugo Chávez. Algunas sucursales de petroleras estadounidenses que operaban en suelo venezolano han pasado a pertenecer a la soberanía nacional, un gesto que no ha gustado nada en Washington. El dirigente norteamericano promete que el bloqueo continuará hasta que Venezuela devuelva "todo el petróleo, la tierra y otros activos que previamente robaron", sin especificar exactamente a qué se refiere con "la tierra". En cuanto a los activos, Trump hacía referencia a las confiscaciones de Exxon Mobile y Conoco Phillips, así como de las compañías de perforación petrolera Halliburton, Schlumberger y Baker Hughes, entre 2007 y 2009.

Por su parte, Stephen Miller, asesor de Seguridad Nacional de Trump y una de las figuras claves de su gabinete, echó la vista atrás en el tiempo casi cincuenta años para señalar la nacionalización de la industria petrolera de Venezuela en 1976. "El sudor, ingenio y esfuerzo estadounidenses crearon esa industria. Su despótica expropiación fue el mayor robo de riqueza y propiedad estadounidense del que hay recuerdo. Estos activos saqueados fueron usados para financiar el terrorismo e inundar nuestras calles con asesinos, mercenarios y drogas", urdió.

En respuesta, Maduro ha denunciado que el despliegue militar estadounidense no tiene como objetivo luchar contra el narcotráfico, sino derrocarlo y cercar el control de los recursos petroleros de la nación venezolana, miembro importante de la OPEP, la organización con las mayores reservas de crudo del mundo. Con este segundo movimiento de incautación de petroleros, Washington pone el foco en una de las principales vías de financiación y exportación del país sudamericano.

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