El primer impacto pilló a George W. Bush llegando a visitar una escuela en Florida. Con el segundo ya se encontraba en clase junto a unos alumnos. Su cara de estupefacción por lo ocurrido ya es historia. Solo era el principio ya que finalmente serían cuatro los aviones comerciales usados por Al Qaeda para atentar ese fatídico 11 de septiembre de 2001 en el país.

En sus memorias 'Decision Points', Bush recuerda que tras informarle de que un avión comercial se había estrellado contra una de las torres pensó que debía de tratarse del "peor piloto del mundo", pero tras enterarse de que un segundo aparato había chocado contra la otra torre tuvo claro que aquello no era un accidente.

"Mi primera reacción fue de indignación. Alguien se había atrevido a atacar a América. Lo van a pagar", fue lo primero que pensó. Terminada la clase, y tras recabar informaciones sobre lo ocurrido, hizo sus primeras declaraciones a la nación, informando de que se había producido "un aparente ataque terrorista".

De camino hacia el Air Force One para regresar a Washington, su entonces asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, le informó de que un tercer avión había impactado contra el Pentágono. "El primer avión podía haber sido un accidente. El segundo era definitivamente un ataque. El tercero era una declaración de guerra", subraya en sus memorias.

"Habíamos sufrido el ataque sorpresa más devastador desde Pearl Harbor", recuerda que pensó, en referencia al bombardeo por parte de Japón contra esta base naval situada en Hawai y que provocó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Y todavía quedaba un cuarto avión.

Tras el ataque la respuesta de EEUU no tardó en llegar. El 7 de octubre de 2001, apenas tres semanas después Afganistán era ocupada por fuerzas de la OTAN y la Alianza del Norte con apoyo de la ONU, ante la negativa del gobernante régimen talibán de entregar a Osama bin Laden, supuestamente refugiado en ese país.

Un mes más tarde, Kabul cayó y quedó en manos de la OTAN Y EEUU. Desde entonces, Al Qaeda y los talibanes se unían para hacer la guerrilla a las tropas extranjeras. Finalmente, casi diez años, en 2011, después de los atentados de los que se celebra este sábado el vigésimo aniversario, Osama bin Laden fue asesinado por tropas de élite estadounidenses en Abbottabad, Pakistán.

En febrero de 2020 el acuerdo de paz firmado por Estados Unidos y los talibán era una realidad. El histórico pacto firmado por la Administración de Donald Trump y el grupo insurgente fue el culmen de un proceso de negociaciones encabezado durante meses por el enviado de Washington a Estados Unidos, Zalmay Khalilzad, y que tuvo su epicentro en Qatar, donde los talibán tienen su oficina política.

Si bien el documento, que pretendía ser el principio del fin para 20 años de guerra tras los atentados del 11-S, sentaba las bases para la apertura de negociaciones entre el Ejecutivo afgano y los insurgentes, con un total desenlace.

La caída de Afganistán

El pasado 15 de agosto, apenas 15 días antes de la fecha límite marcada para el abandono de las fuerzas extranjeras, Kabul caía en manos talibanes provocando que el gobierno afgano decayera. En apenas unos días, las principales ciudades y regiones del país habían pasado a manos de los talibán.

La derrota americana no había acabado. Cuando solo quedaban horas para que despegara el último avión, una cadena de atentados en los alrededores del aeropuerto provocaban el fallecimiento de varios soldados americanos y centenas de colaboradores que ayudaron a las tropas a lo largo de los veinte años de ocupación y que ansiaban salir del país.

Afganistán, de nuevo en manos talibán

El aeropuerto, símbolo de la caída de EEUU y la OTAN en Afganistán, se ha convertido en el nuevo horizonte que los talibán han utilizado para reconstruir el país tras veinte años fuera del poder.

Este jueves, el enviado especial del Ministerio de Exteriores de Qatar en Kabul, Mutlaq al Qahtani, ha informado este jueves de que el primer vuelo comercial ha despegado de la capital afgana hacia Doha, después de los trabajos de reparación que han permitido que el aeropuerto esté preparado al 90 por ciento y pueda reabrir gradualmente.

Al Qahtani ha precisado que a bordo del primer vuelo internacional comercial que ha podido despegar tras los graves imperfectos que sufrió el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai iban pasajeros locales y extranjeros, informa la cadena de televisión Al Yazira.

En una rueda de prensa desde el mismo aeropuerto, el enviado qatarí ha agregado que los sistemas del aeropuerto están funcionando con normalidad, y que el flujo de vuelos comerciales internacionales se restablecerá de forma gradual.

Tras la confirmación de la salida del vuelo rumbo a Qatar, la portavoz del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Emily Horne, ha informado que el Washington "ha facilitado la salida de ciudadanos estadounidenses y de residentes permanentes" en este vuelo, que ha operado la aerolínea Qatar Airways.

Horne ha confirmado que el vuelo ha aterrizado "con seguridad", para destacar que ha sido "el resultado de una diplomacia y un compromiso cuidadosos y duros".

"Los talibán han cooperado para facilitar la salida de ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes legales" desde el aeropuerto de Kabul, ha continuado la portavoz, que también ha destacado que han mostrado "flexibilidad" y "profesionalismo" al tratar con ellos. "Este es un primer paso positivo", ha indicado en un comunicado.

Precisamente este jueves, fuentes de los talibán y de los equipos técnicos extranjeros que se encuentran desplegados en el país para examinar el estado del aeropuerto habían señalado que podría estar operativo en tres días para los vuelos internacionales. Los talibán también habían anunciado que permitirían salir del país a aquellos que tuvieran los documentos necesarios una vez el nuevo gobierno fuera nombrado, lo que a unos 200 ciudadanos extranjeros.