El magnate de las redes sociales, Mark Zuckerberg, no ha dudado en venderse al Gobierno ultraderechista de Donald Trump. El dueño de Meta, que agrupa a Facebook, Instagram y WhatsApp, se lanza ahora al negocio armamentístico en alianza con el presidente de los Estados Unidos y recuperando alianzas con un extrabajador que, precisamente, fue despedido en 2017 por apoyar abiertamente al actual mandatario yanki. Sin embargo, las cosas han cambiado y, como sucediera durante la campaña electoral, Zuckerberg se amolda a ellas con el beneficio económico como único principio.

El anuncio se conoce desde hace varias semanas, pero sigue generando reacciones entre personalidades públicas y medios de comunicación. Y es que la oferta a la que se postula Meta, en alianza con Anduril, asciende a los 100 millones de dólares, tal y como adelantaba The Wall Street Journal, y consistiría en la inclusión de la inteligencia artificial en material bélico como cascos o gafas. “Una gama de productos XR integrados que proporcionan a los combatientes una percepción mejorada y permiten el control intuitivo de plataformas autónomas en el campo de batalla”, recoge el comunicado de Anduril.

“Meta ha dedicado la última década al desarrollo de IA y RA para hacer posible la plataforma informática del futuro”, ha declarado Zuckerberg, que asegura que le “enorgullece” la colaboración “para llevar estas tecnologías a los militares estadounidenses que protegen nuestros intereses tanto en el país como en el extranjero”. “Me alegra volver a trabajar con Meta”, ha replicado Palmer Luckey, fundador de Anduril. “De todas las áreas donde la tecnología de doble uso puede marcar la diferencia para Estados Unidos, esta es la que más me entusiasma”, ha añadido.

La buena sintonía que ambos empresarios exhiben es muy reciente, dado que las palabras que Luckey le dedicaba a Zuckerberg tras su despido de Facebook eran más duras. Ahora, sin embargo, Luckey asegura estar contento de colaborar y quita responsabilidad a su nuevo socio de aquel despido y señala que fueron “izquierdistas desquiciados” que “conspiraron” contra su persona por realizar “una donación política de 9.000 dólares” a fuerzas cercanas a Trump. “Cuando todas las personas que conspiraron para deshacerse de mí han sido expulsadas de la empresa, ¿qué podría molestarme?", ha apuntado.

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