La historia de Estados Unidos está marcada con un punto de inflexión: el atentado del 11-S de 2001. Aproximadamente 3.000 personas murieron en el atentado liderado por el grupo terrorista Al Qaeda, aunque solo se han identificado 1.647 fallecidos, cifra que sigue aumentando a lo largo de los años y a la que se suman los fallecidos por otras enfermedades derivadas del trágico suceso.

El impacto de los dos aviones contra las Torres Gemelas de Manhattan, Nueva York, se sucedieron con tan poco espacio de tiempo entre ellas, 17 minutos exactamente que el terror parecía no tener fin. A las 8.46 horas de aquella mañana, el vuelo número 11 de American Airlines, que había despegado del aeropuerto de Boston con destino Los Ángeles, se estrelló contra la Torre Norte del World Trade Center. Posteriormente, a las 9.03 horas lo hizo el vuelo 175 de United Airlines contra la Torre Sur, la primera que se derrumbó, menos de una hora después del impacto. Cabe recordar que en el ataque también murieron todos los pasajeros secuentrados de los dos Boeing 767 junto a los terroristas de Al Qaeda.

Además, un tercer avión llegó a estrellarse contra la fachada occidental del Pentágono a las 9.37 horas; mientras que un cuarto avión, con el objetivo de impactar contra el Capitolio, acabó estrellandose a campo abierto en el estado de Pensilvania, 200 kilómetros lejos de Washington, capital de Estados Unidos. 

En el siguiente gráfico elaborado por Statista pueden ver cómo sucedieron los trágicos hechos en los instantes exactos siguiendo el horario local del país y la notificación de los mismos por parte de los medios de comunicación nacionales.

Más infografías en Statista.

Los ataques empujaron al gobierno estadounidense, liderado por George Bush en ese momento, a darle caza al líder de la organización, Osama Bin Laden, quien terminó cayendo diez años después, en 2011, cuando Barack Obama estaba en el cargo, y tras ello, se dio por concluida la guerra, aunque se quedaron muchos cabos sueltos, ya que la potencia mundial desarrolló con mucha más potencia sus fuerzas militares en el país de Oriente Medio que en reconstruir los cimientos de la nación destrozada por el conflicto.