Las víctimas siguen pidiendo justicia y transparencia, pero al parecer no las escuchan. La publicación de 13.000 archivos relacionados con el fallecido delincuente sexual Jeffrey Epstein, ha provocado el enfado de algunas víctimas, que tachan de “encubrimiento”, ya que de más de 100.000 páginas unas 500 están completamente tachadas. Este viernes el Departamento de Justicia de Estados Unidos sacó a la luz estos papeles junto a alrededor de 4.000 imágenes y dos palabras escritas a manos en uno de los documentos: “Pornografia infantil”.
No solo las víctimas han alzado la voz ante esta censura, los congresistas que sacaron adelante la Ley de Transparencia con los Archivos de Epstein - la norma daba 30 días para la publicación, que se terminaba este viernes -. “Publicar una montaña de páginas censuradas viola el espíritu de la transparencia y la letra de la ley”, denunció Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado. A su vez, apuntó que esta censura deberá ser justificada por la Administración de Trump, la cual ha retrasado durante meses la relevación de dichos documentos. Sin embargo, se vieron obligados a publicar la nueva información que la fiscal general, Pam Bondi, llevaba tres meses negándose a hacerlo.
No obstante, la decepción, las sospechas y varias preguntas sin resolver se han apoderado de las víctimas, quienes no se creen nada y nadie. Son muchas las preguntas que desde el viernes corren por la cabeza de las afectadas y de sus familiares: ¿Favorece a Donald Trump - quien mantuvo una amistad con Epstein durante quince años, hasta 2004 - la elección de los documentos que se alcanzaron a hacer públicos? ¿Qué información continúa empeñándose en ocultar su Administración?¿Y por qué el archivo EFTA000000468.pdf, que incluía en una esquina una imagen diminuta del joven Trump acompañado de mujeres en bikini y con el rostro visible, fue divulgado en primer término y retirado pocas horas después?.
Una de las primeras víctimas del abusador sexual, Jess Michael en una entrevista en ‘The New York Times’ nombró la palabra “encubrimiento”. “[La última desclasificación] confirma todo lo que hemos estado diciendo sobre la corrupción y la lentitud de la justicia”, apostilló. “Si todo está censurado, ¿dónde está la transparencia?”, ha reflexionado Marijke Chartouni, que con 20 años denunció abusos sexuales.
Los papeles están organizados por categorías, entre ellas documentos judiciales de procesos penales y civiles, información solicitada bajo la ley de transparencia y archivos entregados al Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes. Ya desde la lectura del índice se hizo evidente que gran parte del material era ya conocido, como la lista de 254 “masajistas”, convertida en una masa uniforme de tachaduras negras.
La primera impresión general es que la desclasificación aporta pocas novedades sustanciales respecto a lo ya publicado anteriormente. Destacan, no obstante, nuevas imágenes en las que aparecen personalidades conocidas junto a Epstein, especialmente el expresidente Bill Clinton, así como figuras como Michael Jackson, Mick Jagger, el príncipe Andrés de Inglaterra o el expresidente colombiano Andrés Pastrana. Pese a lo comprometedor de algunas fotografías - Clinton aparece en una de ellas con una joven sentada en su regazo y en otra en un jacuzzi acompañado de mujeres -, no existe constancia de que incurriera en actividades delictivas.
El documento más relevante del lote es el acuse de recibo del FBI de la denuncia presentada en 1996 por Maria Farmer, una de las primeras víctimas de Epstein. Farmer denunció entonces haber sido abusada sexualmente por el financiero y por Ghislaine Maxwell, pero su testimonio fue desestimado por los agentes. Durante casi tres décadas ha defendido que, de haber sido escuchada, se podrían haber evitado cientos de abusos posteriores. Este viernes, Farmer ha afirmado sentirse “reivindicada” y ha calificado la jornada como “uno de los días más felices” de su vida. Aunque, por ese entonces, el FBI no investigó al llamado “el depredador sexual más peligroso de la historia de Estados Unidos” y a finales de la decada tras un acuerdo con la fiscalia de Florida autorizó que pasara solo 13 meses en prision por dos delitos de solicitud de prostitución en el primero de los juicios que se siguieron contra él.
Epstein fue arrestado en julio de 2019 por cargos de abuso sexual y tráfico de decenas de niñas a principios de los años 2000. Este millonario, quien llegó incluso a codearse en algún momento con personalidades como el príncipe Andrés de Inglaterra -hermano de Carlos III -, Bill Clinton o Donald Trump, fue descubierto ahorcado en su celda. Los materiales no solo culpan a Epstein, sino también a su mejor amiga, Ghislaine Maxwell, que cumple 20 años de cárcel por cómplice de tráfico sexual. Pese a ello, Maxwell desde prisión está intentando lograr un indulto de Trump.
Los amigos de Epstein
Entre los nombres que más atención han concentrado en España se encuentran Alejandro Agag, yerno del expresidente José María Aznar; José Aznar Botella, su hijo; y la actriz y presentadora Ana Obregón, cuya relación con Epstein ha reaparecido en el debate público con matices muy distintos. La presencia de Agag en los documentos está asociada a direcciones y correos electrónicos vinculados a su etapa profesional en Nueva York, especialmente durante los años en los que trabajó en el ámbito de la inversión financiera y el capital riesgo. No consta que haya viajado a la isla privada del magnate ni que exista ninguna investigación judicial que lo vincule a las actividades criminales de Epstein.
Junto al de Agag, en los archivos difundidos también aparece el nombre de José Aznar Botella, hijo del expresidente del Gobierno. En su caso, la documentación lo vincula igualmente a datos de contacto en Estados Unidos, coincidentes con su trayectoria profesional en el ámbito económico y empresarial.
El caso de Ana Obregón es distinto. A diferencia de Agag y Aznar Botella, el nombre de la actriz no aparece confirmado en los documentos oficiales desclasificados por la administración estadounidense. Diversas investigaciones periodísticas han señalado que Obregón y Epstein mantuvieron una relación personal y de trato social en una etapa muy anterior a que el financiero fuera investigado por delitos sexuales.
En cuanto al actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, su nombre aparece mencionado solo en contadas ocasiones. Trump mantuvo una relación de amistad con Epstein durante aproximadamente 15 años, que, según él, terminó en 2004, antes del primer procesamiento del financiero. Aunque la sombra de Epstein ha perseguido al mandatario durante años, esta última desclasificación no aporta nuevos elementos incriminatorios.
A su vez, Clinton es protagonista de 25 imágenes: en un jacuzzi con una mujer cuyo rostro está tachado; con el acusado sonriendo; en la piscina con Maxwell, o con una joven en su regado. Estas imágenes no permiten concluir que cometiera ningún delito o que fuera conocedor de las prácticas ilegales de su amigo, sin embargo, son imágenes muy comprometedoras y están en boca de todos.
Sin embargo, un portavoz del expresidente publicó un comunicado donde se entendía que la Administración de Trump lo está usando como “chivo expiatorio”: “La Casa Blanca no ha estado ocultando estos archivos durante meses solo para publicarlos a última hora de un viernes con el fin de proteger a Bill Clinton”. “Esto se trata de protegerse de lo que vendrá después, o de lo que intentarán ocultar para siempre. Así que pueden publicar todas las fotos borrosas de hace más de 20 años que quieran, pero esto no tiene nada que ver con Clinton. Nunca lo ha tenido ni lo tendrá”, ha terminado el comunicado.