El canciller alemán, Olaf Scholz, se ha mostrado este jueves contrario al ingreso de Ucrania en la Alianza Atlántica mientras dure la guerra, y ha abogado por centrarse mientras tanto en brindar mayor apoyo militar y defensivo a Kiev.

Según ha destacado el canciller alemán durante una comparecencia ante el Bundestag (Cámara Baja) con vistas a la cumbre de líderes de la OTAN en julio en Vilna, Lituania, la adhesión de Ucrania a la Alianza no es un tema a debatir hasta que no culmine la guerra.

Los principios de la OTAN para la ampliación excluyen a los países implicados en conflictos activos. Georgia y Moldavia, que tienen regiones separatistas rusas en disputa, también fueron excluidas por este mismo motivo.

Por otro lado, el líder alemán se ha mostrado "firmemente convencido" de que Suecia debe sentarse a la mesa de la cumbre de líderes, al igual que lo hará su vecina Finlandia, que ya recibió el respaldo de los Estados de la OTAN para ingresar al bloque en abril.

En este punto, Scholz ha apelado al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para que despeje el camino de Suecia a la Alianza, tal y como se firmó durante la cumbre del año pasado en Madrid. Además de Turquía, Hungría también veta a día de hoy la participación sueca.

El principal argumento empleado por Erdogan para negarse al ingreso de Suecia a la OTAN es la supuesta connivencia de las autoridades suecas con el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización considerada como "terrorista" en Ankara.

Aunque Suecia se comprometió en Madrid a abordar este asunto y ha endurecido ya las leyes antiterroristas, llegando incluso a deportar a un simpatizante del PKK a Turquía, Ankara considera que estos pasos aún son insuficientes.