El vicepresidente segundo de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, ha anunciado que su intención es hacer de esta Legislatura la etapa del “constitucionalismo democrático” a fin y efecto de proteger a las familias y profundizar en el sistema de bienestar. El líder morado ha hecho especial hincapié en la educación pública y ha lanzado un aviso a navegantes con motivo del debate sobre el veto parental: “Este Gobierno va a defender por todos los medios la Educación pública”.

Así de tajante se ha pronunciado durante una entrevista en El Programa de Ana Rosa, donde ha admitido que los hijos son de los padres, pero con un matiz: “Claro que los hijos son de los padres, yo tengo tres. Pero los registramos en el Registro Civil, no en el de la Propiedad”.

En este sentido, ha insistido en que todos los niños y niñas tienen derecho a educarse con valores democráticos. “Creo que quien dice que los homosexuales no tienen derecho a casarse tiene un problema con la democracia”, ha aseverado.

Iglesias se ha mostrado como el adalid de la Constitución, asumiendo que “cuando nacimos, con mucha ilusión, pensamos ‘hagamos una nueva Constitución’”, pero ahora “hemos aprendido que la izquierda introdujo muchos elementos [en la Carta Magna]” para defender a los ciudadanos de la extrema derecha.

“La Constitución permite gobernar para desarrollar derechos sociales”, ha argumentado, y de ella se valdrán para “poner cerco a los locos que pretenden destruir la Educación pública”. Además, Iglesias ha añadido que “la prioridad de un Gobierno tiene que ser la Educación pública, y no la que dirige la Conferencia Episcopal”, en referencia a la concertada.

En este punto, Ana Rosa la he preguntado por la libertad de los padres para elegir la educación y el centro de sus hijos, ante lo que el vicepresidente ha respondido: “La libertad no es que haya colegios subvencionados con dinero público que dirige la Conferencia Episcopal, la libertad es que un niño, nazca donde nazca, tenga la mejor Educación garantizada”.

A juicio de Iglesias, el PP y Ciudadanos “bailan al son de Vox” porque les necesitan para gobernar en varias comunidades autónomas.