Era una cita marcada en rojo. El luto del miércoles 29 de octubre, primer aniversario de la tragedia de la DANA que provocó la muerte de 229 valencianos, ha derivado en apenas 24 horas en un nerviosismo evidente tanto a derecha como a izquierda. Nadie escondía a primera hora de la mañana que esta era una fecha importante, necesaria para esclarecer hasta dónde llega la corrupción del caso Koldo en Ferraz. 

Desde el primer minuto, y tras un posado tranquilo ante las decenas de cámaras que lo acechaban, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido la honorabilidad del PSOE y las cuentas limpias del partido del que es secretario general: “El PSOE es un partido que tiene una financiación absolutamente legal y regular”, ha arrancado. 

Posteriormente, e interpelado directamente por si él en algún momento ha cobrado dinero en efectivo, Sánchez ha ahondado en el proceder habitual de este tipo de pagos para liquidar gastos contrafactura: “A ustedes les cuesta entender la diferencia entre el dinero negro y el dinero en efectivo. Estoy convencido de que he liquidado gastos, siempre contrafactura, a través de dinero en efectivo”, proseguía, contestando de esta forma a la senadora María Caballero, de UPN, encargada de abrir la sesión por orden de intervención. 

El enfrentamiento dialéctico con Caballero se ha extendido más de media hora, a tenor de las evasivas del líder del Ejecutivo que la presidencia de la comisión ha entendido como una pérdida de tiempo. Un reproche que no ha gustado a Sánchez, quien ha arremetido con dureza en repetidas ocasiones contra el funcionamiento de esta investigación parlamentaria entendida por PP y Vox como antesala de lo que sucederá en los tribunales: “Esto es un circo… una comisión de difamación”, ha calificado el presidente. 

En estos términos, y mientras sus interlocutores reprochaban términos como “chistorra, lechugas o soles”, términos utilizados por los protagonistas de la trama Koldo para referirse a importantes cantidades de dinero, así como su pertenencia a la conocida como “banda del Peugeot”, Sánchez rehuía el debate y conseguía escapar de los ataques nerviosos de su oposición recordando épocas pasadas: “Antiguamente, en otro partido, se hablaba de magdalenas o bizcochos”, arrancaba. “Esta cámara sabe de lo que hablo. A ilustres senadores se les ha descubierto hasta un millón de euros en sobres o cajas fuertes”, proseguía. 

El show de Vox: del covid a la DANA o el suegro de Sánchez 

Especialmente esperpéntico ha sido el devenir de la comisión durante la intervención de Ángel Pelayo Gordillo, senador de Vox encargado de buscarle las cosquillas a Sánchez en la comisión. No obstante, el presidente ha sido capaz de capear este lapso de tiempo de manera sencilla, ya que el senador ultra ha sido incapaz de concretar sus preguntas y centrarlas en el objeto de la comisión, desviando sus ataques en temas tan variopintos como el estado de alarma “ilegal”, las “lágrimas de cocodrilo” tras el funeral de la DANA, la "golpista Delcy”, los “prostíbulos del suegro” o la necesidad de que Vox gane las elecciones. 

"Váyase. Vox será un gobierno limpio, decente y que no traicionará a los españoles”, ha llegado a proclamar Gordillo en un alarde de su mitin personal para dar por finalizada su intervención. 

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