Llevaba pocos minutos de intervención en el debate de investidura cuando el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, anunciaba el primer compromiso de su futuro Ejecutivo: su gabinete trabajará para reconocer el Estado Palestino.

El candidato socialista ha arrancado su discurso desde el perfil más internacionalista abordando el conflicto en la Franja de Gaza, exigiendo a Israel un “alto al fuego” y el cese de la “matanza indiscriminada de civiles”. No obstante, desde Podemos no han tardado en exigirle “hechos” frente a palabras.

Prácticamente en el arranque de su discurso, Sánchez anunciaba la que será uno de los primeros compromisos de esta nueva legislatura que arranca. El jefe del Ejecutivo en funciones, en base a la resolución que ya validaron las Cortes Generales en 2015, trabajará en “Europa y, por supuesto, en España para reconocer al estado Palestino”.

Ya avanzó en sus diversas apariciones en clave comunitaria un cambio de postura con respecto a Israel, reclamando al mismo tiempo un “alto el fuego” en la Franja de Gaza y rechazado la “matanza indiscriminada de civiles”. Además, ha instado a los contendientes al estricto cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario” en la operación militar que se lleva en este enclave y que cosecha jornadas de escalada en términos de violencia. “Hoy, claramente, no se está respetando”, ha apostillado el jefe del Ejecutivo.

Así lo ha venido haciendo desde el pasado 7 de octubre, cuando se registró el ataque terrorista de Hamás. Con ello como telón de fondo, Sánchez ha reiterado que está “con Israel en la repulsa” y reconoce su derecho a la autodefensa. De hecho, ha precisado que los autores de la matanza deberán “rendir cuentas” ante la justicia. “Exigimos la inmediata liberación de los rehenes que todavía continúan presos por la organización terrorista, pero con idéntica claridad rechazamos la matanza indiscriminada de palestinos en Gaza y Cisjordania”, ha matizado.

El candidato socialista ha subrayado la necesidad de que “cesen las bombas” para que pueda entrar de forma inmediata “la ayuda humanitaria que necesita el pueblo palestino” y para que “se abra paso a la diplomacia” con la celebración “urgente” de una conferencia de paz. Asimismo, trabajará para que “la solución justa y largamente demandada por el pueblo palestino” de ser reconocido como Estado “sea avalada por la comunidad internacional”.

Por ello, Sánchez ha aventurado que su Gobierno también seguirá trasladando su apoyo a Ucrania “hasta que el último soldado ruso abandone un país que quiere ser libre, que quiere ser europeo”. La meta es una “paz justa y duradera” entre Rusia y Ucrania de carácter bidireccional.

Podemos presiona

La líder de Podemos, Ione Belarra, no ha tardado en pronunciarse sobre el primer compromiso anunciado por el jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, durante los primeros compases del discurso de investidura. El candidato socialista ha avanzado que España "trabajará" para reconocer el Estado Palestino.

Por ello, la dirigente morada ha afirmado que se necesitan "mucho más que palabras en una investidura" para poner fin el "genocidio planificado" que Israel perpetra en Palestina. "Rompan relaciones diplomáticas, dejen de comprar armas, apliquen sanciones económicas. Es dolorosa la distancia entre esas palabras y la inacción", ha concluido. 

El partido morado ha sido muy crítico con el posicionamiento de Sánchez y el Partido Socialista en este conflicto. Entre tanto, la líder de Podemos y también la ministra de Igualdad, Irene Montero, impulsaron un escrito que remitieron al fiscal del Tribunal Penal Internacional en el que exigen la detención del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. De este modo, los morados presionan de nuevo al PSOE con la iniciativa para que el máximo mandatario israelí sea juzgado por crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio contra el pueblo palestino. 

Simbolismo en Sumar

Por su parte, la líder de Sumar ha portado un 'pin' de una sandía que ha alcanzado altos niveles de popularidad como símbolo de apoyo a la causa palestina. La imagen de la fruta se ha convertido en un icono de solidaridad con Palestina y empezó a tomar relevancia tras la Guerra de los Seis Díaz de 1967, fecha en la que Israel tipificó como delito la exhibición pública de la bandera Palestina en Gaza y Cisjordania. Como forma de rebelarse ante esta prohibición, se portaban sandías al recoger todos los colores de la enseña.