Ciudadanos celebra este fin de semana su convención más importante desde prácticamente su existencia: supervivencia o muerte. Los liberales están heridos de muerte y escudriñan las opciones al detalle para relanzar un proyecto político en estado vegetativo desde el 10 de noviembre de 2019. A Inés Arrimadas le quedan pocas balas en la recámara y, según El Español, una de ellas tiene al PP como protagonista. Los conservadores dejarán de ser los “socios preferentes” de los naranjas.

La formación dirigida por Inés Arrimadas pretende desligarse del influjo del Partido Popular, quien a su vez prepara su absorción con prudencia y delicadeza. Para ello, Ciudadanos dejará de considerar al PP como “socio preferente” y mirará hacia ambos lados del tablero a la hora de la confección de acuerdos programáticos. Un último recurso con el que esperan despertar del coma inducido.

Este cambio estratégico no implica que esa vacante de “socio preferente” la ocupe el PSOE, sino que el PP se desvanecerá como prioridad para los liberales. Ciudadanos buscará, según El Español, que su discurso se base en un juego de “suma cero”, mediante el cual estudien los diversos “programas” sin importar que el destino de los acuerdos provenga de la izquierda o la derecha.

Arrimadas pretende, de esta manera, enmendar el giro que supuso la caída de Ciudadanos y la defunción política – por el momento – de Albert Rivera, que en 2019 situó a Pablo Casado como “socio de referencia”. De hecho, el ex líder del partido naranja dio órdenes expresas a sus delegaciones autonómicas de no negociar con el PSOE salvo que las negociaciones con los conservadores no llegasen a buen puerto.

De este giro estratégico de Rivera salieron los gobiernos autonómicos y municipales – los que aún resisten – de Andalucía, Castilla y León y la ciudad de Madrid, a los que habría que sumarles los hay desaparecidos de la Comunidad de Madrid y la Región de Murcia.

En aquella época, Francisco Igea, líder de Ciudadanos en Castilla y León, quiso lanzarse a la aventura y tomar la temperatura de la autonomía junto al PSOE, con quien alcanzaba la mayoría absoluta en la Cámara regional. Sin embargo, desde Madrid se le obligó a ceñirse al mandato de Albert Rivera. “Era romper el partido o pactar con el Partido Popular”, indicó el propio Igea en una entrevista concedida a El Español.

Antes de 2019, Ciudadanos ejercía de bisagra en la política española, sin mirar el color del partido con el pactase – siempre que no se saliera de PP y PSOE -. Este fin de semana, Arrimadas retomará este espíritu como último recurso para salvar la nave naranja. Vindicará, pues, la “autonomía de Ciudadanos frente al PP” y se derrumbará todo lo que se circunscriba a “socios de referencia”.

“No habrá referencias, tendremos nuestro propio espacio. La tercera España, la tercera cultura, el liberalismo. Nos sentaremos a negociar en relación a las propuestas. No haremos nuestro discurso en contraposición a los demás”, recoge El Español de boca de un dirigente que prepara el gran cónclave liberal. Estas fuentes precisan, además, que “cinco o diez escaños pueden ser decisivos no sólo en el Congreso, sino en todos los ayuntamientos y comunidades”.