Circula por las redes sociales una petición de firmas de la página change.org para que Pedro Sánchez reciba el Premio Nobel de la Paz y creo que es algo muy justo pero lejos de quedarme en esta frase quiero desglosar aquí las razones por las que creo firmemente para que esta idea al final, esto se haga realidad.

No pretendo que este artículo sea de genuflexión, ni de loas al líder ni nada parecido. Ya creo que soy lo suficientemente adulto como para caer en el fanatismo o en el fenómeno fan que algún día me llegó a deslizar alguien en mi propia cara aunque a decir verdad, no me extraña que me lo dijera dada la nula credibilidad y bipolarismo político que creo que padece.

En mi opinión, creo que hay razones más que suficientes para poder argumentar la posibilidad de que se conceda este premio al Presidente del Gobierno de España, Presidente de la Internacional Socialista y Secretario General del Partido Socialista Obrero Español.

En primer lugar, podemos destacar que fue el primero en deslizar la idea de diseñar un auténtico “Plan Marshall” en una de las comparecencias en el Palacio de la Moncloa para rendir cuentas ante los españoles sobre lo que estaba ocurriendo en nuestro país y en el mundo a consecuencia de la pandemia generada por la COVID-19. Idea que desembocaría tiempo después en los llamados Fondos Next Generation o Plan de Recuperación para Europa que hizo posible que los países de la Unión Europea recuperasen a la mayor brevedad posible el vigor económico que se había perdido por culpa del devastador virus que tantas vidas se llevó por delante y que debido al confinamiento paralizó la economía mundial.

No conforme con eso, fue capaz junto con Portugal además de impulsar la llamada “Excepción Ibérica” consiguiendo que la factura de la luz de los hogares españoles contuviera extraordinariamente un alza considerable en su precio.

Seguidamente, todos los países nos vimos afectados por la invasión de Rusia en Ucrania tomando el presidente español un papel preponderante en esta crisis internacional no sólo poniéndose del lado de Ucrania sino que se convirtió en uno de los primeros presidentes en pisar suelo ucraniano para entrevistarse con el Presidente Zelenski de forma que viese cómo el apoyo de España sería clave para que a su vez, tuviera repercusión en toda Europa de modo que los países del conjunto de la Unión tomasen conciencia de la importancia de preservar el orden y la paz en nuestro continente pacificando las aguas en aquel territorio.

Asimismo, hemos visto cómo de forma continuada el presidente español ha recibido la aprobación de todos los países de nuestro entorno quedando de manifiesto en las reiteradas declaraciones y gestos de la Presidenta Úrsula Von der Leyen hacia nuestro país y hacia la persona de Pedro Sánchez siendo hitos destacables a nivel europeo la presidencia de turno que no hace mucho recayó en España así como aquella cumbre de la OTAN en Madrid ejerciendo un papel de liderazgo indiscutible a nivel mundial a Pedro Sánchez y a España en su conjunto.

No conforme con esto y habiéndose desatado uno de los conflictos más cruentos que se recuerdan en la franja de Gaza, una vez más el primer ministro español tuvo la valentía y la capacidad de reconocer a Palestina como Estado independiente siendo España el primer país del mundo en hacerlo algo que después, han ido haciendo poco a poco más países en Europa y en el mundo.

Recuerdo hace tiempo un artículo donde hablaban de Pedro Sánchez como Bronce, aquel que supo poner de acuerdo a serbios y croatas en el conflicto de los Balcanes allá en los años noventa donde el ahora Presidente del Gobierno fue una de las personas de la delegación que acompañó a Carlos Westendorp (el que fuera Ministro de Asuntos Exteriores con Felipe González) que fue nombrado como Alto Representante para aquel conflicto y digamos que ahí, empezó a labrar diría yo su leyenda política porque quizás llamarlo trayectoria se queda como algo frío cuando personalidades políticas de la talla de Pedro Sánchez saben más de epopeyas que de simples relatos que tras ser leídos, contados o vividos son tan especiales y extraordinarios que no dejan a nadie indiferente.

Quizás sea ese momento que acabo de relatar el que refuerce la idea de que Pedro Sánchez traspasa la noción de líder nacional siendo mucho más acertado pensar que su liderazgo traspasa fronteras como así atestiguan las más que numerosas publicaciones internacionales que alaban una y otra vez la gestión económica y en materia de política internacional del político español poniendo como ilustres ejemplos diarios como The New York Times, The Washington Post así como agencias de calificación económicas como Standard&Poors.

Por eso, si alguien tiene aún dudas de que con Pedro Sánchez estamos asistiendo a un político generacional y un estadista inequívocamente imprescindible para entender el devenir actual de la Política Mundial, es que o simplemente no tiene ni idea de esto o le mueven la maldad, el odio, la ira y la envidia, componentes lo suficientemente peligrosos como para afirmar que estamos ante el político más influyente del momento en los cuatro puntos cardinales del planeta a la vez que es uno de los que más odio y animadversión despierta en nuestro país. Seguramente esto se produce porque la estrechez de mente y de miras que muestran todos ellos y todas ellas. No hace falta dar nombres puesto que son de sobra conocidos y conocidas.

Por este motivo, no creo estar exagerando cuando digo que Pedro Sánchez puede compararse con personalidades como por ejemplo, Nelson Mandela como para hacerse una idea de a qué tipo de político y personalidad histórica estamos asistiendo a día de hoy.

Unos luchan por la paz, otros como José María Aznar trajeron la guerra y la zozobra al mundo con las de Irak y Afganistán desencadenando los atroces atentados en Nueva York primero aquel 11-S primero y el funesto y terrible 11-M en Madrid después, gracias a esa MENTIRA fabricada por Bush, Blair y el propio Aznar de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.

Seguramente, haya razones que haya podido olvidar pero sólo por la valentía, la determinación y la enorme influencia y diferencias que está marcando con respecto al resto de políticos mundiales, creo que el Premio Nobel de la Paz está más que justificado para Pedro Sánchez Pérez-Castejón.

Y es que como siempre digo: de los cobardes seguramente no se haya escrito nunca nada mientras que de los valientes se han vertido seguramente y con toda justicia, ríos incesantes de tinta.

Por este motivo y tras todo lo expuesto estoy convencido de que Pedro Sánchez merece sobradamente la concesión del Premio Nobel de la Paz, paz que deseo llegue pronto a los palestinos.

Que así sea.

DIEGO RUIZ RUIZ es Militante del PSOE de Toledo capital